España empieza a asustar

Era el primer examen serio, el primer partido en el que España se medía a un rival de enjundia. Decía Jasikevicius, autor ayer de la canasta del siglo, que era absurdo que el equipo de Pepu Hernández preparara el Europeo. Que Gasol y compañía eran tan buenos y se conocían tanto que sobraban hasta los entrenamientos. Tal comentario sólo tiene una explicación: España provoca pavor. Y se lo provoca incluso a jugadores con la experiencia y categoría del base lituano, un tipo que lo ha ganado casi todo (le falta el Mundial que sí tiene España), que vive en la NBA y que ayer, a falta de dos décimas para que finalizara el tercer cuarto, agujereó la canasta española con un lanzamiento desde debajo de su propio aro.

Lituania no frenó la racha de España, una selección que enseña los mejores números del planeta, pues no hay combinado que pueda presumir de haber acumulado 21 triunfos consecutivos. La España de Pepu no cae desde hace dos años, un récord salvaje. Ayer pasó un mal rato al inicio, hasta el punto de que vio alejarse peligrosamente a Lituania (21-31, minuto 13). Ocurrió que la zona que puso en practica el técnico hizo agua en los primeros compases. No se ajustaban los movimientos y a los jugadores les faltaba velocidad. Resultado: Lituania se puso las botas desde el perímetro, recaudando cuatro triples en seis minutos. No cambió Pepu el dibujo defensivo, pero sí los jugadores su manera de plantearlo. Fueron creciendo por momentos y un triple de Gasol permitió que el equipo se fuera entero al descanso (19-19).

Pero, para mal rato, el que vino después. Con Jasikevicius al mando, Lituania aceleró y España, sin Gasol, se empequeñeció de golpe. Llegó la máxima diferencia a favor de un rival que vivía iluminado, y Pepu, tras pedir un tiempo muerto, devolvió a Gasol a la pista. Y, quizá al verle, a Calderón, colosal ayer, le dio el arrebato. Volaron los triples contra la canasta lituana, con especial mención al que envió Calderón desde ocho metros. El parcial a favor de España fue de traca (16-0). El partido quedó sellado, con el campeón del mundo afinándose, administrando con criterio la ventaja y firmando su 21ª victoria consecutiva, todas con Pepu al mando, todas, además, por más de 70 puntos, un dato sólo al alcance de un equipo sencillamente excepcional.