Una temporada de tres minutos

A Nekounam se le ha partido la temporada tres minutos después de iniciarla. Fue el martes en un amistoso contra el Villarreal en El Madrigal. Tras un lance del juego, casi su única intervención, el jugador de Osasuna tuvo que pedir el cambio. "Me he retirado por precaución", explicaba el iraní tras el partido. Sin embargo, el diagnóstico ha resultado brutal: rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha. Ayer, el médico del club, Patxi Cipriáin, adelantaba que las pruebas indican que el jugador "probablemente requiera una intervención quirúrgica y necesite un período de baja largo".

Se prevé que Nekounam pueda estar apartado del equipo unos seis meses, más la puesta en forma, con lo que diría adiós a la temporada que dará comienzo en diez días. Ziganda había cifrado buena parte de sus esperanzas para esta temporada en el iraní, que el pasado año se rebeló como un futbolista serio y competitivo, pese a ser debutante y venir de una liga inferior como la saudí. Además, llegaba en buena forma tras la Copa de Asia. Pero la desgracia se ha vuelto a cruzar con un hombre que aprendió a superarse desde pequeño, cuando estuvo a punto de morir en un incendio del que tiene secuelas físicas.

Osasuna tendrá que mover el mercado. Tras la lesión de Nekounam y del portugués Hugo Viana, que no consiguió terminar su primer entrenamiento al romperse el quinto metatarsiano del pie derecho y estará de baja hasta noviembre, y tras la venta de Raúl García al Atlético, sólo el veterano Patxi Puñal y el suizo Margairaz pueden ocupar la medular, además de los canteranos Azpilicueta y Oier. Un tremendo dilema cuando el mercado está a punto de cerrarse.