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Los aeropuertos despegan con el turismo

Las compañías de bajo coste superan ya en la comunidad a las aerolíneas tradicionales

Jesús Sérvulo González

Primero una curva cerrada y luego zona de obras. Vallas y desvíos. Este el paisaje que se encuentra quien entra en el aeropuerto de Málaga debido a su plan de ampliación, el Plan Málaga, que está en plena ejecución a pesar de que el pasado lunes 23 de julio disfrutó de una inauguración por las obras de mejora realizadas en la terminal 1. Pero aún quedan más.

Hasta ahora se han realizado sólo el 30% de unos trabajos que está previsto que duren hasta el 2010 para aumentar la capacidad de los aparcamientos, el número de pistas y construir una nueva terminal. El aeropuerto de Málaga lo necesita, es el primer aeropuerto andaluz en número de pasajeros y en cantidad de operaciones y, con estas obras, se pretende duplicar su capacidad actual para poder atender a 9.000 pasajeros en hora punta.

Este aeródromo, siguiendo una tendencia creciente, es el único de entre los andaluces entre los diez españoles con mayor número de pasajeros: 6,2 millones en los primeros seis meses de 2007, lo que supone un 6,4% del total nacional.

El resto de aeropuertos de la comunidad (Jerez, Granada-Jaén, Almería, Córdoba y Sevilla) también crecen en número de pasajeros y, si comparamos los datos de este primer semestre con los del año anterior, Andalucía en conjunto ha aumentado en un 7,5% el volumen de pasajeros, alcanzando los 10,3 millones. Gran parte de este empuje se ha debido a las compañías de bajo coste que, por primera vez y desde diciembre pasado, han superado, en Andalucía, a las aerolíneas tradicionales, de forma que a finales de junio habían transportado un 6% más de viajeros. Las aerolíneas de bajo coste son especialmente importantes en Málaga que, atendiendo a la cantidad de turistas que ha recibido hasta finales de junio, se ha posicionado en el segundo lugar de entre los aeródromos españoles, con 1,2 millones, por detrás de Palma de Mallorca.

Por comunidades autónomas, Andalucía se sitúa, según este cálculo, en tercer lugar, con un 1,6 millones, tras Baleares y Cataluña. Las compañías de bajo coste consiguen estas ofertas, básicamente, a través de reducir las oficinas y el personal, que además realiza diferentes tareas; apartarse de los canales tradicionales de compra y venta de plazas y trabajar principalmente a través de Internet; aumentar el número de vuelos por avión y disminuir el tiempo que éstos pasan en tierra. Sin embargo, las CBC no reciben más quejas de usuarios que los de las compañías tradicionales. Según el Ministerio de Fomento, entre enero y Octubre de 2004, se presentaron 2.003 quejas de las que sólo 109 estaban relacionadas con estas empresas.

Desde 2003, según AENA (Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea), los aeródromos andaluces han ido perdiendo pasajeros recibidos en compañías tradicionales y, sin embargo, los llegados a la comunidad en compañías de bajo coste no han parado de crecer. Otro dato que refleja la importancia de estas aerolíneas en Andalucía es que ésta ha recibido el 16% de todos los pasajeros llegados a España en estos vuelos, mientras que sólo el 8,1% de los viajeros ha aterrizado en aviones de aerolíneas tradicionales.

En el futuro, la tendencia actual de crecimiento no parece que vaya a cambiar. Según la Organización para la Seguridad en la Navegación Aérea, la tendencia es a seguir aumentando a un ritmo anual del 4,1% y Andalucía se va preparando para ello: los 1.000 millones de euros destinados al Plan Málaga así lo atestiguan, mientras las compañías de bajo coste buscan en la comunidad ampliar sus líneas. Vueling ha elegido Sevilla como su cuarta base de operaciones.

Quejas y normativa

Según la organización de consumidores FACUA, de las 16.036 quejas presentadas por consumidores en Andalucía, un 8,1% fueron denuncias referidas al transporte aéreo.

Lo más denunciado ha sido la negativa de las compañías a indemnizar por las cancelaciones, que en muchas ocasiones enmascaran como retrasos. Existe una normativa comunitaria que regula los derechos de los pasajeros en caso de sobreventa de billetes (overbooking), anulación de vuelo, largos retrasos o anomalías con el equipaje.

Si al pasajero se le deniega el embarque podrá cobrar un reembolso o ser trasportado a su destino en condiciones comparables, tendrá derecho a comida y alojamiento y a una compesación económica. Se fijan también indemnizaciones para los casos de cancelación de vuelo, retrasos y cambios de plaza. Éstas se establecen según la distancia del vuelo y el retraso que se haya producido.

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Sobre la firma

Jesús Sérvulo González
Redactor jefe de Economía y Negocios en EL PAÍS. Estudió Económicas y trabajó cinco años como auditor. Ha cubierto la crisis financiera, contado las consecuencias del pinchazo de la burbuja inmobiliaria, el rescate a España y las reformas de las políticas públicas de la última década. Ha cursado el programa de desarrollo directivo (PDD) del IESE.

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