El Atlético elige a Simão

El dilema finalizó. La margarita deshojada en las últimas semanas por la secretaría técnica del Atlético tenía dos nombres marcados: Simão Sabrosa y Ricardo Quaresma. La elección se anunció ayer. Es Simão. El cuadro rojiblanco abonará 20 millones al Benfica por el jugador luso, e incluirá dos jugadores de la primera plantilla en la operación (previsiblemente Costinha y Zé Castro).

La elección de Simão, de 27 años, se produce después de que la negociación con el Oporto para fichar a Quaresma llegase a un callejón sin salida. El presidente de los dragoes, Nuno Pinto Da Costa -que vendió recientemente a Pepe al Real Madrid por 30 millones- sólo estaba dispuesto a deshacerse de Quaresma por una cantidad a la que el Atlético no estaba dispuesto a llegar. Desechada la opción del medio del Oporto, el Atlético tenía clara su segunda opción: Simão. El teléfono de Jorge Mendes, el agente de jugador, era conocido por la directiva rojiblanca, no sólo por ser el representante de Costinha, Maniche y Seitaridis, sino porque Mendes es también el agente de Quaresma.

El capitán del Benfica, séptimo fichaje atlético para la próxima campaña, pasará hoy el reconocimiento médico y firmará por cinco temporadas. "Espero hacer grandes cosas", declaraba a mediodía Simão, recién aterrizado en Barajas.

También la afición rojiblanca espera grandes cosas del extremo luso. Porque la carrera futbolística de Simão Sabrosa (Vila Real; 27 años) parecía abocada al éxito desde que, el día de su estreno con la camiseta del Sporting de Lisboa, logró marcar un minuto después de haber entrado al campo. Los aficionados lisboetas enseguida le eligieron como el sucesor natural de Luis Figo, que dos años antes se había marchado al Barcelona.

Pero Simão tuvo que esperar a su segundo año en el Sporting para consagrarse definitivamente en el fútbol portugués. Era la temporada 1998-1999. El de Vila-Real anotó 10 goles aquel año y mostró sus principales virtudes: instinto goleador, desborde por la banda y un impresionante disparo de media distancia. Los ojeadores del Barcelona no perdieron detalle de su evolución. Y Simão tardó poco tiempo en seguir los pasos de Figo. El Sporting recibió una oferta de 12 millones de euros del club catalán, y Simão fichaba por el Barça en el verano de 1999. Tenía apenas 20 años, y el centrocampista ya militaba en uno de los grandes clubes de Europa.

Simão llegó a un Barcelona que había ganado la Liga los dos años anteriores. Pero la presión en el club por conseguir un título europeo, el desgaste del presidente Núñez -que acabó por dimitir en mayo de 2000-, y el hecho de que Figo taponase la progresión de Simão al jugar en su misma posición, provocaron que el portugués pasase sin pena ni gloria por el conjunto azulgrana (sólo marcó 3 goles en 45 partidos). Ni siquiera Serra Ferrer, sustituto de Van Gaal en el banquillo durante el segundo año de Simão en el equipo, pudo recuperar la autoestima del jugador. El Barcelona le acabó traspasándo al Benfica al final de la temporada 2000-01. Lo hizo con tino: recuperó los 12 millones de euros de su inversión inicial. Simão regresaba a Portugal con 22 años, sin haber demostrado su potencial.

En el Benfica explotó. Simão se presenta en el Atlético, un equipo flato de títulos, habiendo ganado con el club lisboeta una Liga, una Copa y una Supercopa de Portugal. Y, sobre todo, siendo el máximo goleador en sus seis años con el conjunto dirigido por Fernando Santos. Los 68 goles anotados en 160 partidos -un promedio de 0,4- muestran la madurez adquirida por Simão, que le ha llevado a ser elegido la pasada campaña el mejor jugador de la Liga portuguesa por delante de Joao Moutinho... y de Quaresma.

Simão no coincidirá en el campo con Petrov, que ayer fue oficialmente traspasado por siete millones al Manchester City. El extremo búlgaro llegó hace dos temporadas al Atlético procedente del Wolfsburgo a cambio de 10 millones. Su segundo curso en el Calderón a temporada se fue a pique cuando sufrió, recién iniciada la temporada, una rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda. Al final sólo pudo disputar 13 partidos y anotar dos goles.