El ciclismo sobrevive en la tele

Ayer, la portada del rotativo France Soir era una enorme esquela en la que se leía: "M. Desgrange, su padre; Garin y Cornet, sus hijos; Bobet, Anquetil, Thévenet, Merckx, Poulidor, Hinault, LeMond, Fignon, Indurain, sus nietos; en el dolor os hacen partícipes de la muerte del TOUR DE FRANCE, ocurrida el 25 de julio 2007, en Orthez, a la edad de 104 años, víctima de una larga enfermedad. Su entierro será celebrado en la estricta intimidad".

Era el más tremendista, pero no el único periódico europeo que en sus ediciones de ayer se expresaba en semejantes términos. El alemán Bild -"el Tour ha muerto, la llegada a París será una procesión fúnebre", insistían los alemanes-; La Repubblica, italiano -"el ciclismo ha muerto como un amigo o un pariente que se droga"- y L'Humanité, el portavoz del partido comunista francés, que fue más allá: "El ciclismo es sólo parte de los golfos que llenan la humanidad". Y L'Équipe, a su bola: "Una oportunidad para el Tour", se leía en su editorial después de que Rabobank expulsara a Rasmussen.

Pese a todo, las audiencias aumentan. TVE superó los tres millones de espectadores el pasado miércoles, durante la emisión de la llegada al Aubisque, con un pico de audiencia del 24'6 de cuota de pantalla. Carlos de Andrés, narrador en la cadena pública española, lo razona: "Podía ganar la etapa un español. Si tuviéramos un campeón del mundo de petanca, los españoles seguirían las transmisiones de petanca", asegura, poniendo como ejemplo las audiencia de la F-1 desde que gana Fernando Alonso. Antenne-2, la cadena estatal gala, que paga a ASO 23 millones de euros por los derechos televisivos de la prueba, no piensa suspender la emisión de las etapas hasta París. Le sobran razones: a pesar de que el mejor ciclista francés es Stephane Goubert, del AG2R, situado 27º a más de una hora de Alberto Contador, cuatro millones de espectadores vieron en Francia el final de la etapa de Plateau-de-Beille, con un 39% de cuota de pantalla. Durante la tercera semana las audiencias se han disparado respecto a la segunda, aumentando de media un 40 % cada día. Además, como ayer recordó Contador, las carreteras se llenan al paso de la serpiente multicolor. Las audiencias se empeñan en llevarle la contraria a quienes sostienen que el Tour y el ciclismo han muerto. Le Monde tiene su teoría: "Interesa por sus miserias; ya no es un deporte, lo han convertido en un reality show".