Escocia, con acento español
Sergio García consolida su liderato y Jiménez se sitúa tercero
La segunda jornada del Open Británico, que se disputa en el campo escocés de Carnoustie, salió a pedir de boca para el golf español. Sergio García defendió con clase el liderato conseguido el primer día y Miguel Ángel Jiménez firmó una gran tarjeta (70 golpes), que le sitúa tercero, a tres golpes de Sergio. El coreano Kj Choi es segundo y Tiger Woods se ha descolgado, a siete golpes de la cabeza. Rory McIlroy, el amateur de 18 años y cara de niño que se ha convertido en la sensación del torneo, pasó el corte. Algo que fue incapaz de conseguir el estadounidense Phil Mickelson, uno de los favoritos.
García arrancó tenso. En el primer hoyo, un mal approach hizo pensar que comenzaría el día con un bogey. "No voy a mentir, comencé nervioso. Siempre quieres hacerlo bien después de una buena ronda en la primera jornada", reconoció. Un gran golpe con el wedge le devolvió la confianza y salvó el par del hoyo. No pudo hacer lo mismo en el cuarto, con un putt sencillo que escoró a la izquierda. Pero sería una excepción. Desde que El Niño optara por jugar con un nuevo putter, el Belly -llamado así porque se sujeta desde el ombligo-, lo que antes era un quebradero de cabeza se ha convertido en una de sus armas favoritas. El viento, los greens, más secos y menos receptivos, las calles, más duras, y unas banderas más escondidas, llamaban a la prudencia. "Teniendo en cuenta las condiciones, he jugado bastante bien. Fui capaz de salvar el par del campo, eso es importante", afirmó García. Tras un bogey en el 11 y un birdie en el 14, fue en el hoyo 18, el más difícil, donde se encontró con problemas.
El malagueño estuvo a punto de conseguir el primer hoyo en uno del torneo en el 16
El Niño juega con un nuevo 'putter', el 'Belly', que ya es una de sus armas favoritas
Un mal segundo golpe con el hierro parecía condenarle a otro bogey. De nuevo, su putt le permitió salir del apuro y acabar la jornada en el par del campo, saliendo victorioso de su batalla psicológica contra Carnoustie. "Estoy contento", admitió; "ni siquiera he estado jugando al límite todo el tiempo".
Además, El Niño se mostró encantado con una de las nuevas reglas del Open -ya adoptada en la última Ryder Cup-, que parece haber tenido una buena acogida. La organización, en vista de las últimas quejas de los jugadores, decidió antes del torneo que se prohibiría la entrada de teléfonos móviles en el recinto. "Es mucho mejor", asintió; "No se oye un sólo teléfono. Ha supuesto una mejora, desde luego". El español se refería a la última jornada del Open del año pasado, en Liverpool, en la que fue emparejado con Tiger Woods. El soniquete de mensajes y el ruido de las fotografías que los aficionados hicieron con estos aparatos en aquel partido fueron constantes. Parece que ahora los golfistas sí pueden desarrollar su juego con relativo silencio, aunque todavía queda algún ruidoso despistado. "Si consiguiéramos que los fotógrafos no armasen tanto jaleo, seria increíble", bromeó García.
No menos satisfecho se mostró Miguel Ángel Jiménez. El malagueño brilló sobre la hierba escocesa. Incluso estuvo a punto de conseguir el primer hoyo en uno del torneo, en el 16. Fue un síntoma del juego sólido que está desplegando. Todo lo contrario que Woods, que tuvo un día aciago. Empezó la jornada enviando su bola a la ría y no dejó de tomar malas decisiones, terminando entre muecas de enfado.
Segunda jornada: 1. S. García, 136 golpes. 2. K. Choi, (Cor.), 138. 3. M. Á. Jiménez, (139). 21. T. Woods (EE UU), 143. 26. R. McIlroy, 144 (R. Unido).
Golf +: a partir de las 11.00.
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