EUPV exige disciplina a las diputadas rebeldes o su dimisión
La crisis de la coalición valenciana tendrá consecuencias políticas en Izquierda Unida
"Una forma clara de transfuguismo", "gravísima irresponsabilidad", "ignominiosa actuación", "deslealtad". La propuesta de resolución de la dirección de Esquerra Unida del País Valencià (EUPV) al Consell Nacional no ahorra adjetivos a Mònica Oltra y Mireia Mollà, las diputadas autonómicas de la corriente Esquerra i País (EiP) a quienes se les exige que apoyen a la actual portavoz de su grupo parlamentario, Glòria Marcos, o, de lo contrario, que dimitan.
Esquerra Unida está abocada a la escisión. Lo saben todas las partes en conflicto: la mayoría que aglutina Glòria Marcos y el Partido Comunista del País Valenciano y las diputadas adscritas a EiP, apoyadas por el Bloc. La confrontación valenciana se sitúa dentro de otra más amplia, la de Izquierda Unida, donde la precaria mayoría de su líder, Gaspar Llamazares, desaparecería si pierde sus apoyos en la Comunidad Valenciana.
La propuesta de resolución al Consell Nacional de Esquerra Unida sobre las dos diputadas de EiP ni siquiera se toma la molestia de disimular sus intenciones: O dentro de la disciplina estatutaria o a la calle. "Es un deber específico de los cargos públicos acatar las decisiones de los órganos de dirección de cada ámbito. Ello es esencial en nuestra concepción de la actividad política, radicalmente opuesta a la apropiación de las instituciones por los cargos públicos al margen de las organizaciones que los han presentado, apropiación que tiene su máxima expresión en el transfuguismo".
La primera acusación a Oltra y Mollà es la de tránsfugas. La segunda, deshonestas por aprovecharse de un sistema electoral interno que les permitió disponer, en representación de las minorías, de "lugares de salida y después de ocupar sus escaños desvincularse de EUPV y unirse a los diputados del Bloc para oponerse a los acuerdos de los órganos de Esquerra Unida". La tercera, irresponsables. Su actuación, cuestionando las atribuciones que el protocolo de Compromís otorgaba a EUPV, como la representación en el Consejo de Administración de RTVV o el cargo de Glòria Marcos, es para los redactores de la propuesta de resolución "una gravísima irresponsabilidad, compartida con los diputados del Bloc, por malgastar las esperanzas de unidad de la izquierda (...) que no podrían sobrevivir si se consumara el intento de destitución de la Coordinadora General de EUPV como Síndica de Compromís".
Todo ello supone, según la propuesta de resolución, una "ignominiosa actuación de transfuguismo y de deslealtad" que sólo podrá solucionarse si las diputadas rectifican y retiran su firma de los escritos presentados a la Mesa de las Cortes. De lo contrario, deberán de dimitir.
No parece probable que las diputadas de EiP lo hagan. Mònica Oltra dijo a este periódico que el orden del día del Consell Nacional "era una sentencia" y que difícilmente "puede uno sentarse a hablar con las pistolas encima de la mesa". Desde la otra parte de EUPV se habló de "chantaje" y se ironizó sobre la posibilidad de una "Síndica (Mònica Oltra) que ni tan siquiera ha pedido la dedicación exclusiva".
La segura presencia de representantes de las federaciones de Izquierda Unida de Madrid, Andalucía, Aragón y Murcia en el Consell Nacional de EUPV se entiende desde la dirección federal de IU como un intento de hacer visible el eje que cuestiona la figura de Gaspar Llamazares. Fuentes cercanas al coordinador general de IU cuestionaron la representatividad de los asistentes, pero mostraron su preocupación por el futuro de Pasqual Mollà, de EiP, y de Joan Ribó en la organización. Ambos son firmes partidarios de Llamazares frente a Glòria Marcos.
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