Un chapuzón en la sierra
La playa artificial de San José del Valle (Cádiz) gana bañistas al embalse del Guadalcacín
Hay un cisne que recorre las aguas del embalse del Guadalcacín II. Es demasiado grande para ser real. En sus lomos se asoma una niña que pedalea. Llega a la orilla y se baja en un arenal de 600 metros de largo. La han ayudado unas pequeñas olas que han empujado su hidropedal con forma de ave acuática. Todo en la playa de San José del Valle funciona igual que en el mar, aunque la costa esté a 80 kilómetros. La sierra gaditana esconde baños al sol entre montañas, chapuzones de diversión que se quieren ampliar en los próximos años.
La playa de San José del Valle, municipio de la comarca gaditana de la Janda con 4.244 habitantes, abrió el año pasado. Hasta entonces los vecinos de la zona habían aprovechado las aguas del embalse para zambullirse de vez en cuando, aunque el entorno estaba poco cuidado. De hecho, aunque funcionaba como zona recreativa, se acumulaba la suciedad y afeaba el paisaje. La Agencia Andaluza del Agua decidió entonces poner en marcha un proyecto de construcción de un campamento público, que sirviera de atractivo para las cercanas localidades de la sierra gaditana. Ese proyecto lo sacó adelante la empresa Dipronáutica, que apostó por acondicionar el lugar y además habilitar una playa artificial. Para ello extrajo 60.000 metros cúbicos de arena de una cantera próxima. "Era arena blanca de gran calidad. La más parecida a las playas de la costa gaditana, que se distinguen por su blancura y finura", explica el gerente de la compañía, José Ramón Domeneq. La arena se arrojó sobre el pantano. El nivel del agua fue descendiendo y poco a poco formando el perfil de la playa. 600 metros de longitud de arenas que el sol ha ido tostando y que la erosión ha ido dejando con una ligera pendiente para los que prefieran sumergirse lentamente.
La playa artificial de Zahara de la Sierra tiene aparcamiento vigilado y chiringuitos
La playa de San José del Valle ha ido añadiendo atractivos complementarios. A la oportunidad de los chapuzones en plena sierra, se añaden las sombrillas y chiringuitos propios del descanso y asueto veraniego. Pero también se favorece una jornada activa en deportes. Hay piraguas, tablas de wind-surf, embarcaciones de vela e hidropedales con formas de cisne. También hay zonas para la pesca deportiva. Entre los visitantes hay mayoría de vecinos de San José y los pueblos de alrededor. Pero rubias melenas y pieles claras delatan a algunos turistas foráneos. "Estamos recibiendo mucho usuario de fuera, de los que están viajando por la sierra, sobre todo, los que están alojados en Arcos de la Frontera", explica el gerente de Dipronáutica. "Encuentran un ambiente playero más tranquilo y más cercano a la naturaleza". Para utilizar esta playa hay que pagar dos euros. Es el dinero que se cobra por estacionar en el aparcamiento reservado y por los servicios de socorrismo y limpieza. Las actividades en el agua se pagan aparte con diferentes precios.
La misma empresa tiene pendiente abrir otra playa en el mismo embalse pero en Algar (Cádiz, 1.613 habitantes). Esta playa será todavía más particular porque para acceder a ella será necesario montar en barco, ya que estará al otro lado del pantano. Esta iniciativa debía haber abierto este verano, aunque el reciente cambio de gobierno en la localidad ha dejado en el aire su inauguración.
Donde ya se zambullen desde hace años es en Zahara de la Sierra (Cádiz, 1.552 habitantes). Allí, en la zona recreativa de Arroyomolinos, conocida popularmente como La Playita, hay también posibilidades de baño. No hay arena sino jardín. También hay actividades acuáticas, aparcamiento vigilado, socorristas y chiringuitos. Es el tradicional ambiente playero aunque el mar esté casi un centenar de kilómetros.
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