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Crítica:FERIA DE SAN FERMÍN
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

A media luz los tres

¡Se vio devolver un toro en Pamplona! Parecía más fácil que lloviera hacia arriba. El animal pudo padecer algo más fuerte que un calambre y se lo llevaron con eficacia los cabestros. Salió un sobrero de la misma ganadería y santas pascuas. Lo toreó con gusto Jesulín con el capote en la última tarde que toreaba en Pamplona, al menos por el momento. Y estuvo entonado y se sintió torero, aunque marró a espadas de manera impropia de un torero de su categoría.

Al primero se lo llevó al sol, que es otra de las maneras de lograr la atención de las peñas. Allí se dobló con él sentado en el estribo y practicó el toreo que ha hecho siempre: técnico, templado y frío. Con estas características logró sacar dos buenas series por la mano derecha, que también fue siempre la buena suya. En su segundo, que también se dejaba manejar, puso un particular esmero y sentimiento, tal vez por ser el toro de su despedida, y conectó enseguida con un público con el que sintonizó muchas veces durante su carrera. Lástima de pico, que no deja de ser un recurso técnico excelente, pero que siempre produce un efecto visual negativo al dar la impresión cierta de que el toro no se embebe en la muleta por la parte central, como debe ser. Mató de tres pinchazos y un descabello, cuando debía haber intentado coger de nuevo la espada de matar, porque no había motivo aún para aliviarse con el fácil recurso del verduguillo. De esta manera, perdió un trofeo que habría sido una agradable despedida de un ruedo cuya arena cogió para besarlo.

Marqués de Domecq / Ubrique, Castella, Talavante.

Toros del Marqués de Domecq, bien presentados y justos de fuerza que dieron aceptable juego. El primero fue sustituido por un sobrero de la misma ganadería, bravo. El sexto, que había ocasionado numerosos heridos en el encierro, evidenció excesivo sentido. Jesulín de Ubrique: dos pinchazos y media tendida (aviso y silencio); tres pinchazos y descabello (aviso y ovación). Sebastián Castella: pinchazo, estocada trasera y cinco descabellos (silencio); pinchazo, pinchazo hondo y descabello (aviso y saludos desde el tercio). Alejandro Talavante: media estocada (aviso y silencio); tres pinchazos y descabello (silencio). Plaza de Pamplona.12 de julio. Octava de feria. Lleno.

Tampoco Talavante fue el mismo del otro día. Sus maneras comienzan a resultar excesivamente heterodoxas

A Sebastián Castella no le gustó nada su primer toro, que tenía escaso motor para hacer el toreo que le gusta, y disimuló todo lo que pudo para que no se notara, pero prefirió no emplearse en tratar de mejorar su condición. A ello se sumó lo mal que estuvo con la espada y el descabello para dar una negativa impresión de su primera tarde de feria en Pamplona. En el segundo, a punto estuvo de dar el castellazo: electrizó a la plaza con los pases cambiados y con tres series por la derecha que fueron de menos a más en cuanto a temple se refiere. Parecía haberse llevado el gato al agua, pero por la izquierda la cosa no fue lo mismo: ni el pitón del toro era igual de bueno que el derecho, sino bastante más violento, ni él fue capaz de hacerlo bueno con la maestría con que lo logró El Cid el día anterior. Dos pinchazos, el segundo hondo, y un descabello desbarataron el triunfo que parecía ganado, al menos en buena parte. Saludó desde el tercio y quedó a la espera de lo que haga en la tarde de hoy.

Tampoco Alejandro Talavante fue el mismo del otro día. Sus maneras comienzan a resultar excesivamente heterodoxas, pasa un siglo entre que cita entre tanda y tanda, recorriendo un innecesario camino; torea despegado y lleva la muleta casi a la altura de la rodilla sin que la condición del toro lo justifique. A pesar de ello, templó bien a su primero y no paró hasta que logró dominarlo, aunque se eternizó en una faena en la que tuvo que escuchar un aviso, ya antes de entrar a matar. Su segundo fue el universalmente conocido Universal, cuyas horrorosas gestas debieron, efectivamente, de dar ayer la vuelta al mundo corneando a diestro y siniestro durante el encierro de la mañana, y que se fue a por el caballo que guardaba puerta como un loco para volver a hacer carne libre de engaños. También se fue a por Talavante durante la faena, de manera evidente en varias ocasiones, y el pacense tampoco estaba ayer por hacer los trabajos de Hércules, ni cosa que se le pareciera.

La corrida de hoy: Toros de Antonio Bañuelos para El Juli, Sebastián Castella y José María Manzanares. Digital + retransmite el festejo a las 18,30.

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