Saviola acaba con su exilio

Saviola se despidió del Barça el día después de que se acabara la Liga lamentando el trato recibido por el club -"la oferta de renovación que me hicieron era una invitación a irme", dijo- y hablando de culpables. No aclaró a quién se refería. Ayer, casi un mes después de aquellas declaraciones, llegó a Madrid, con muchas ganas, según dijo, de vestirse de blanco. Dos han sido los culpables de su fichaje por el club de Chamartín.

De no haber llegado Schuster, Saviola hubiera vestido la camiseta del Zaragoza

El primero, el nuevo técnico, Bernd Schuster. El segundo, José Ángel Sánchez, director general del Real Madrid. No sospechaban que eso provocaría una rotura en la dirección deportiva del club campeón de Liga. Corría el mes de mayo cuando Sánchez decidió emprender unas conversaciones con el representante de Saviola. El jugador, que no había renovado con el Barça, podía irse gratis del Camp Nou cuando se pusiera fin a la temporada. El director general del Madrid sondeó entonces el terreno y llegó a un acuerdo verbal con el delantero argentino.

Pero, según fuentes de la entidad blanca, las conversaciones se hicieron en secreto. Es decir, sin consultar a Pedja Mijatovic ni a Franco Baldini -el ex secretario técnico que salió del club junto a Fabio Capello-. Saviola no entraba en los planes de ninguno de los dos. Tanto, que el propio Baldini se encargó personalmente de decírselo al jugador. Le comunicó que, de seguir Fabio Capello, él no entraba en los planes de fichajes y que, por lo tanto, ese acuerdo verbal no tendría ninguna validez. El argentino, que no fue convocado para la Copa América, se quedó a la espera. Tenía un acuerdo verbal con el Zaragoza. Si el Madrid no hubiese cambiado de entrenador, el argentino estaría vistiendo la camiseta maña.

Desde ayer, Saviola es jugador del Madrid. Ha firmado para las próximas cuatro temporadas y hoy será presentado en el Bernabéu. "He venido para demostrar lo que puedo hacer en el campo. Espero tener continuidad", declaró el delantero quien reconoció que los contactos entre él y el Madrid habían empezado hace mucho. "Las conversaciones son de hace tiempo. Cuando las dos partes están interesadas es fácil llegar a un acuerdo", explicó. Schuster fue quien pidió a Mijatovic hace un par de semanas que convirtiera el acuerdo verbal en "algo más". "Es un jugador que marca goles allá donde va. No tiene problemas de adaptación", dijo el alemán.

El conejo nunca encontró su sitio en el club culé. Por lo menos desde que Frank Rijkaard se sentara en banquillo del Barça hace ya cuatro temporadas. Saviola llegó en 2001 procedente del River Plate. Joan Gaspart, entonces presidente azulgrana, pagó por él 26,4 millones de euros convirtiéndole, en su momento, en el fichaje más caro de la historia del club. La idea de Gaspart era hacer del jugador el anti-Zidane, que ese mismo curso llegó al Bernabéu. Nunca lo consiguió, pero al menos Saviola funcionó en las tres primeras campañas: jugó 105 partidos y marcó 44 goles. El idilio se acabó a finales de 2004. Rijkaard no contaba con el argentino. No le gustaba que no combinara, que no participara en el juego y que no utilizara las bandas. Su intención y la del director deportivo, Txixi Begiristain, era venderlo. Saviola acabó cedido en el Mónaco y al año siguiente en el Sevilla. Pero, terminado el exilio quiso volver. Sabía que la opinión de Rijkaard no había cambiado pero se empeñó en querer cumplir su último año de contrato. Lo hizo y consiguió marcharse gratis.

En enero dijo que descartaba la posibilidad de recalar en el Madrid. Siete meses después su única preocupación, con 25 años, es no saber cómo le recibirá la afición culé en el Camp Nou.