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Crítica:FERIA DE SAN FERMÍN
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

La peña también grita olés

Visto lo visto hasta ahora, parecía que era más difícil que un pamplonica dijera olé que sacarle un penique a un escocés. Parece que la peña -las peñas- andan todo el rato distraídas y entretenidas en cantar, jamar y bailar. Pero el rabillo del ojo de sus miembros no debe de dejar de estar pendiente de lo que ocurre en el ruedo, por si pasa algo que les interese. Entonces callan las charangas, y la aparente actitud de indiferencia y hasta desprecio se torna en atención y entrega. ¿Qué tiene que pasar para ello? Sencillamente, que un torero se decida a hacer el toreo clásico de siempre, dándoles la distancia que requieren a los toros para que la faena cobre emoción y vibración.

Fuente Ymbro / Ferrera, Tejela, Cortés

Toros de Fuente Ymbro, de picante bravura y excelente presentación. Destacaron 4º, 5º y 6º, este último, excepcional. Antonio Ferrera: pinchazo hondo y estocada tendida (silencio); pinchazo hondo y estocada atravesada (aviso y saludos). Matías Tejela: pinchazo sin soltar y pinchazo hondo que vale (silencio); pinchazo y estocada (silencio); Salvador Cortés: estocada tendida (dos orejas); estocada (oreja). Plaza de toros de Pamplona. 9 de julio. Quinta de feria. Lleno.

El torero se llamaba Salvador Cortés, y los toros que acudieron al engaño desde lejos sin atender a otra cosa que a embestir eran de la ganadería de Fuente Ymbro, gloria pura y orgullo de la cabaña brava española. A su primero ya le inició la faena dándole el pase cambiado desde los medios, con lo que la peña -peñas- dejó un momento los preparativos de la merienda para advertir que algo serio estaba pasando en el ruedo. Cuando volvió a dejar al toro largo para citarle por la derecha, la peña ya se desinhibió del todo y comenzó a gritar olé a troche y moche tras cada pase, pues estaba presenciando la emoción verdadera del toreo. Cuando Cortés bajaba la mano y aquello cobró belleza, la entrega resultó ya absoluta. Por la izquierda no se decidió a darle sitio y ya no fue lo mismo, pero ya se había ganado a ley a la gente, que disfrutó enormemente con la excelente serie de última de bernardinas. Una estocada, aunque algo caída, hizo inundarse la plaza de pañuelos blancos y rojos. Tal vez el premio de las dos orejas fue excesivo para la labor de Cortés, pero lo importante es que fue capaz de romper esa especie de muro de comunicación que existía entre los toreros y el sol, a base de realizar su faena sobre el más puro clasicismo.

Pero lo más interesante estaba por llegar, y ocurrió cuando asomó al ruedo el sexto de la tarde. ¡Qué gozo de verle venir al toque del sevillano, que no tuvo el menor inconveniente en enseñar al toro en todo su esplendor, tal como era de bravo y de noble! Con eso bastó y sobró. Una serie por la derecha de mano baja fue excelente en medio de las incansables embestidas del bravo fuenteymbro. Tras un estocadón cobrado a ley, el animal, que hasta tuvo la nobleza de declarar su derrota yéndose a chiqueros después de haber entregado toda su bravura, que era mucha, se mantuvo en pie hasta el último aliento que le quedaba, tragándose la sangre y mostrándonos a todos la dignidad con la que se debe morir.

Así las cosas, la labor de los otros dos diestros quedó notablemente minimizada por lo hecho por Cortés. Ferrera puso algunos pares meritorios y otros no, y se echó a los lomos con poderío y maestría a un buen primer toro. Los guiños constantes a los tendidos de sol no fueron recibidos tal vez como él esperaba, aunque su actuación, sobre todo en el primero, no dejó de ser meritoria. Con el cuarto se cruzó y llegó a justificarse, pero los pitones del toro eran mejores de los que dejó ver. Matías Tejela lanceó con gusto a su primero, que comenzó a gazapear en la muleta haciéndole muy difícil tratar de sacarle algo bueno. Lo logró en una última serie por la derecha más armónica que las anteriores. Se echó sin fe a matar y se descompuso bastante a la hora de cruzarse con el toro. Al precioso, bravo y noble jabonero que le tocó en segundo lugar, le podía haber sacado mucho más provecho de lo que obtuvo. También humillaba este quinto que era un gusto, y el madrileño no acabó de ponerse en el sitio. Lo mejor lo logró en el último momento de la faena con una serie de naturales que no lograron compensar lo desperdiciado anteriormente. Visto lo visto ayer, se puede sacar una primera conclusión afortunadamente positiva de la idiosincrasia de la afición pamplonesa: la peña -las peñas- no es tonta.

La corrida de hoy: Toros de Cebada Gago para López Chaves, Juan Bautista y Alejandro Talavante. Digital + retransmite el festejo a las 18.30.

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