Los críticos vapulean a los oficiales y anticipan un cambio en el SEA

Los renovadores dieron ayer un paso de gigante para hacerse con el control de la patronal alavesa, SEA. De los diez miembros en liza ganaron 8, frente a dos de la línea oficial. La asamblea general apostó claramente por el cambio de mayorías, en contra del sector más próximoa al PP, y equilibra la relación de fuerzas de los dos bloques en Junta Rectora, que tiene que nombrar al sucesor de Carlos Zarceño.

De los 30 miembros con que cuenta la Junta Rectora de SEA, ayer se renovó un tercio. Ocho de los diez se los llevaron los renovadores -seis de industria y servicios, más dos de construción-, y dos -industria- fueron para los continuistas. Las empresas renovadoras son Condesa, Omega Elevator, Bodegas Luis Cañas y Auxitec, en el sector industrial, y el hotel Ciudad de Vitoria y Dertem, en el de servicios; y las de construcción, Joge Fernandez y Lagunketa. Las oficiales son Aykron y Bultzaki, esta última del vicepresidente y mano derecha de Zarceño, Alfonso Sainz. Sagola se quedó fuera por un solo voto, en un recuento especialmente reñido.

Los otros 20 miembros de la junta están practicamente divididos en dos bloques, 10 de una corriente y diez de la otra. Una situación que hace posible el cambio en la próxima elección de presidente, si bien ayer todavía no se conocían los candidatos.

Aunque la adscripción política de cada bloque no sea nítida, Zarceño estaba más vinculado a los dirigentes institucionales alaveses de las dos últimas legislaturas, del PP, mientras que los renovadores están más cerca de la oposición nacionalista y socialista.

Expectación

Nunca como hasta ayer la participación había sido tan elevada. Las colas para la acreditación hacían presagiar un debate y una asamblea intensas. Más de quinientas empresas se personaron el día de la despedida de Carlos Zarceño, que también lo fue del diputado general de Álava, el popular Ramón Rabanera. Y es que las aguas de SEA bajaban agitadas desde que en el último año su presidente tomó decisiones que fueron interpretadas por el colectivo empresarial como "atentatorias contra la pluralidad". Además de forzar la dimisión del secretario general, José Manuel Farto, intentó nombrar como sustituto, con gran contestación, a un cargo del PP. Las tensiones internas llevaron a Zarceño intentar destituir al presidente de la Vital, Gregorio Rojo (PSE) como vicepresidente y al industrial llodiano Francisco Huidobro como vocal.

Alfonso Sainz recordó implicitamente esos pasajes cuando en su discurso ante la asamblea como vicepresidente dijo que Zarceño había cometido dos graves errores. Aunque no dio nombres, se refería a los nombramientos de José Manuel Farto de Gregorio Rojo.