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Camps pospone el nombramiento del Consell para no eclipsar la toma de posesión de su cargo

El presidente de la Generalitat, Francisco Camps, decidió ayer posponer el nombramiento de su nuevo gobierno para no eclipsar la toma de posesión de su cargo en las Cortes Valencianas. Una decisión que sorprendió al propio personal de Presidencia, donde ayer por la tarde se esperaba que se diera a conocer la composición del nuevo Consell, como es costumbre y como ya hizo el propio Camps, hace ahora cuatro años, horas después de su primera toma de posesión como presidente. Con los nervios a flor de piel en el Consell en funciones, muchos de cuyos miembros están en estado taquicárdico ante la incertidumbre que pesa sobre su futuro, Camps se reivindicó ayer como el único protagonista político de una jornada cargada de "emoción" y "devoción", según sus propias palabras.

El presidente ofrece diálogo a la oposición para desarrollar el Estatut hasta sus "últimas consecuencias"
Glòria Marcos critica el "bajísimo perfil político" de la intervención del titular de la Generalitat y lo ve "decepcionante"
El ministro Sevilla dice que apoyará los retos planteados por Camps y el PSPV califica el discurso de "sonora burla"
El Cor de la Generalitat interpretó el himno valenciano después de la toma de posesión

Primero juró, como hizo en 2003, sobre la Constitución, el Estatut, Els Furs y la Biblia. Y luego, en un discurso todo sentimiento, Camps pronunció una nueva versión del discurso de investidura, aunque más reducida.

El presidente volvió a recurrir al criterio demográfico ("Somos cinco millones") para reclamar ante el Gobierno socialista de Madrid agua, financiación e inversiones. Luego se comprometió a desarrollar el Estatut "hasta sus últimas consecuencias" -aunque en la legislatura anterior ya rechazó varias iniciativas socialistas en ese sentido y se ha opuesto reiteradamente a cuestiones como el desarrollo de la Policía Autonómica-. Finalmente, el jefe del Consell pidió a la oposición que las diferencias se resuelvan en el Parlamento. Y todo ello vestido del sentimiento y la devoción de un presidente "enamorado de cómo somos, cómo sentimos, cómo queremos, cómo trabajamos, cómo celebramos nuestras fiestas, cómo entendemos nuestra forma de ser españoles" y que adora los municipios de interior, admira las ciudades intermedias y disfruta con los municipios del litoral, a la vez que se enorgullece de las grandes ciudades. El discurso de Camps, sin embargo, volvió a carecer de compromisos concretos. Difícilmente, nadie le podrá reprochar incumplimiento alguno en el futuro.

Y tras el discurso llegó la innovación: una vez que la presidenta de las Cortes, Milagrosa Martínez, utilizó la maza para dar por concluida la sesión, las puertas del hemiciclo se abrieron y entonces pudieron entrar los integrantes del Cor de la Generalitat, que interpretaron el himno de la Comunidad Valenciana acompañados por un piano introducido el día anterior en el hemiciclo. Con todos los diputados de pie, el himno sonó por primera vez en ese recinto reservado a los plenos. En las bancadas populares fueron mayoría los diputados que cantaron el himno, aunque también lo hicieron algunos socialistas, empezando por su líder, Joan Ignasi Pla, mientras que en los escaños de Compromís pel País Valencià sólo se vio cantar al nacionalista Enric Morera, mientras la coordinadora de Esquerra Unida, Glòria Marcos, también de pie, permanecía ostensiblemente con los brazos cruzados. Arriba, en la tribuna de invitados, también fueron mayoría los que demostraron conocer la letra del himno en su versión en valenciano. Allí se encontraban, entre otras autoridades civiles -con el ministro de Administraciones Públicas, Jordi Sevilla al frente de la representación del Gobierno- y con numerosos altos cargos de la Generalitat, todos los ex presidentes de las Cortes.

La actuación del Cor de la Generalitat, premiada con una cerrada ovación, dio paso a las felicitaciones al reelegido presidente del Consell, que besó a las integrantes del Cor situadas a su lado, abrazó a los diputados populares más cercanos a su escaño y, rodeado de colaboradores, abandonó el hemiciclo para dirigirse al jardín del Palau dels Borja, donde se celebró la tradicional recepción oficial.

En los pasillos del hemiciclo se escucharon las primeras valoraciones del discurso de Camps. Empezó Glòria Marcos, quien, en su condición de portavoz de Compromís, lamentó que el discurso de Camps "otra vez ha sido absolutamente decepcionante" y "vacío", puesto que, según añadió, "no ha hecho ninguna propuesta en serio, no ha hablado de las personas" y "ha hecho un valencianismo de alto contenido sensible pero de bajísimo perfil político".

Le siguió el portavoz adjunto socialista Ángel Luna, quien calificó la intervención de Camps de "sonora burla" al Parlamento, por su "falta de propuestas", y aseguró que ha escuchado discursos de mantenedores en las fiestas de las Hogueras de Alicante "con mucho más contenido programático". No opinó lo mismo Jordi Sevilla, quien demostró la descoordinación de las filas socialistas al asegurar que el Gobierno central "estará a la altura de las demandas que ha planteado el presidente de la Generalitat para resolver los problemas" de la Comunidad Valenciana "como viene haciendo en los últimos tres años". Según Sevilla, los "retos" a los que se refirió Camps en su intervención son "exactamente los mismos asuntos en que viene trabajando el Gobierno de España desde los últimos tres años hacia la Comunidad Valenciana".

Por su parte, el portavoz popular, Esteban González Pons, dijo que Camps hizo "el discurso que habría hecho cualquier persona que, sintiéndose hasta los tuétanos español y valenciano, valenciano y español, se viera en el orgullo de ser nombrado por las Cortes Valencianas presidente de la Generalitat".

Francisco Camps canta el himno interpretado por el Cor de la Generalitat en el hemiciclo de las Cortes, ayer, tras la toma de posesión.
Francisco Camps canta el himno interpretado por el Cor de la Generalitat en el hemiciclo de las Cortes, ayer, tras la toma de posesión.CARLES FRANCESC

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