Wally Herbert, explorador polar británico
Su travesía desde Alaska al Polo Norte no ha vuelto a repetirse
Wally Herbert debe su fama, principalmente, al Polo Norte. Comenzó a planear la expedición trasártica en el año 1963 analizando con detalle las rutas tomadas por los exploradores Otto Sverdrup, Frederick Cook y Robert Peary. Cinco años después emprendería la travesía en Alaska, liderando a un equipo de tres hombres, con trineos jalados por perros y aprovisionamiento aéreo. Atravesaron la capa de hielo hasta llegar, 16 meses más tarde, al archipiélago Svalbarg, en Noruega. Esta aventura no ha vuelto a repetirse con éxito.
Además, el trabajo de campo efectuado en la expedición sirve todavía de referencia en las proyecciones científicas sobre el deshielo del Polo y en estudios sobre cambio climático.
Herbert narró sus experiencias y conclusiones del viaje en Across the top of the world, the british trans-artic expedition, publicado en 1969. El entonces primer ministro del Reino Unido, Harold Wilson, celebró la expedición como "una proeza de resistencia y valor que debe estar en cualquier historia polar". El Príncipe de Edimburgo la valoró entre los "grandes triunfos del talento humano".
El Polo Norte también fue objeto de discordia para el reputado explorador. En su libro The noose of laurels: the discovery of the north, publicado en 1985, Herbert llega a la sorprendente conclusión que el estadounidense Peary se quedó a unos cien kilómetros del Polo Norte, sin alcanzar realmente su supuesto y reivindicado objetivo. Se desató una fuerte polémica, que sigue sin resolverse. Aún hay expertos que sostienen que Peary sí pisó el Polo.
Walter William Herbert nació en el condado de Yorkshire el 24 de octubre de 1934. Su padre, un oficial del Ejército con ocasionales destinos en el extranjero, le impuso la carrera militar y el nuevo recluta se alistó, con 17 años, en el Cuerpo de Ingenieros. Pero su vocación apuntaba a la aventura geográfica y, tres años después, encontraría empleo en misiones de supervisión en la Antártida.
En el año 1957, realizó su primera travesía completa de la península Antártica y, en años sucesivos, recorrió a pie o en trineo terreno nunca antes explorado por occidentales. Con sus observaciones ayudó a dibujar extensos mapas del continente helado.
Con su mujer, Marie McGauhey, y su hija mayor Kari, Herbert se instaló a principios de los setenta en Groenlandia. Convivieron con los Inuit, una experiencia que el explorador dejó plasmada en un documental. Al final de la década intentó circunnavegar la gran isla en un recorrido de 13.000 kilómetros que, según sus estimaciones, le llevaría unos dieciséis meses. El hielo y el mal tiempo le impidieron finalizar.
Pero la valía de Herbert estaba de sobra demostrada. Con su nombre se han bautizado varias zonas del Ártico y Antártico. Exploradores presentes y pasados, desde Ranulph Fiennes a Ernest Shackelton, le reconocen entre los mejores aventureros polares. Y, en el año 2000, fue condecorado por la reina Isabel II con el título de Caballero de la Orden del Imperio Británico.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.