Francisco Javier, herido grave
Francisco Javier es un joven vizcaíno que se presentaba en la Maestranza en su ya quinta temporada como novillero y tuvo la mala suerte de resultar gravemente herido por su primero, que era un novillo de malas ideas y muy deslucido, que lo avisó varias veces antes de prenderlo. Intentaba el torero pasarlo con la muleta en la derecha cuando lo levantó por los aires y lo lanzó contra la arena de mala manera; volvió a prenderlo el toro, lo empitonó por el muslo izquierdo y el torero quedó conmocionado y desmadejado hasta que las asistencias lo trasladaron a la enfermería. El parte médico daba cuenta de que había sufrido tres heridas: la más importante en la nalga izquierda de 20 centímetros; la segunda, también en esa pierna de menor importancia y una brecha en la frente. El pronóstico es grave y le impidió continuar la lidia.
Hato Blanco/Trigo, Caro, Francisco Javier
Novillos de Hato Blanco, -el quinto, devuelto-, justos de presentación, mansos y sin clase. Sobrero, de Contreras, blando. Alejandro Trigo: silencio, silencio tras aviso y silencio tras aviso. Antonio Caro Gil: silencio, ovación y silencio. Francisco Javier resultó cogido por su primero de pronóstico grave. Plaza de la Maestranza. 17 de junio. Última novillada de abono. Menos de media entrada.
Antes del percance, quedó claro que ha toreado poco y no le sobra corazón. Se mostró inseguro, desbordado y sin los recursos mínimos para resolver una situación dificultosa como la que le planteó su oponente.
Ocasión desaprovechada
Le acompañaba en el cartel un compañero más veterano Alejandro Trigo -31 años cumplidos y 11 ya como novillero-, (resulta difícil entender esta contratación por parte de la empresa Pagés), que también se presentaba en la Maestranza. Con semejantes credenciales, no es fácil que suene la flauta, y menos en esta plaza. No le faltó decisión, es verdad, y dio muchos pases con capote y muleta, pero toreó muy poco. El tiempo transcurrido y los pocos festejos se notan, y Trigo es un torero frío, incapaz de calentar el ambiente, sin sentido de la ligazón ni de la hondura. Desaprovechó la bondad de su noblote primero, ante el que rectificó después de cada pase, y no se la jugó como la ocasión merecía. Mató con habilidad al novillo que hirió a Francisco Javier y no fue capaz de subir el diapasón en el segundo de su lote, un sobrero astifino, blando y noble, ante el que se colocó mal, siempre con todas las ventajas posibles, y sin emoción alguna.
Antonio Caro Gil tomará la alternativa el próximo 29 de julio en El Puerto de Santa María, y, al menos, demostró ambición y ganas de triunfo. Se limitó a matar a su primero, que se partió una mano. Se lució en unas verónicas con mucho gusto en su segundo, al que realizó un quite de ceñidas chicuelitas; se estiró en unos largos naturales y el novillo se apagó. En el sexto, que correspondía a Francisco Javier, se desesperó ante un animal rajado y descastado que no le permitió dar un solo pase.
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