El joven detenido por el triple crimen de Burgos insiste en su inocencia
Rodrigo Barrio, ingresado por orden de la juez en un centro de menores de Valladolid
El joven Rodrigo Barrio, detenido como supuesto autor del asesinato de sus padres y su hermano menor, se mantiene como una roca. Hasta el momento no ha hecho ni una concesión a los investigadores y sostiene que es inocente, pese a las contradicciones en las que ha incurrido y que se han puesto ante él para intentar que se derrumbase e hiciese una confesión. El detenido, de 19 años, fue ingresado ayer como medida cautelar en el Centro de Menores Zambrana, de Valladolid, dependiente de la Consejería de Familia de la Junta de Castilla y León, donde será evaluado por psicólogos y educadores.
El joven fue remitido al citado centro por orden de la juez de Menores de Burgos, Isabel Subiñas Castro. Ésta ha ordenado nuevas diligencias de investigación para tratar de determinar si, como sostiene el Grupo de Homicidios de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) mató a puñaladas, el 7 de junio de 2004, a su padre, Salvador Crisanto Barrio Espinosa; su madre, Julia dos Ramos Santamarina, y su hermano Álvaro, que tenía 12 años.
La policía tiene previsto ejecutar nuevos registros, entre otros el de la habitación que ha ocupado durante este curso como estudiante de Bachillerato Artístico en el Centro Residencial de la Universidad Laboral de Ourense. Ya ha sido registrada la casa de su madre en la parroquia de Queirugas, en Verín (Ourense), y la de su tía, con la que vivía, en el mismo municipio.
Contradicciones
La juez mantiene el secreto sobre el sumario del caso, del que los datos salen a cuentagotas. Una de esas gotas es la constatación de que el joven, pese a que siempre lo ha negado, tenía llaves de la casa familiar y que ésta ha sido visitada con posterioridad al triple crimen. Ésta es una de las contradicciones más flagrantes en las que ha incurrido Rodrigo Barrio. Pero, según las fuentes consultadas, tampoco se ha encontrado esa llave ni se han localizado en la vivienda huellas recientes del joven que delatarían su presencia allí tras el crimen.
Pese a que los investigadores insisten en que hay datos que cimentan la culpabilidad del joven, éste mantiene su inocencia e incluso ha sostenido que es aberrante que se le considere autor de un triple crimen cometido con tanta saña (99 puñaladas entre los tres cuerpos, muchas de ellas asestadas cuando las víctimas ya habían fallecido). Precisamente ese ensañamiento fue uno de los motivos que dirigió las pesquisas hacia el entorno familiar y personal de los fallecidos. Rodrigo Barrio, según sus familiares, estaba celoso del trato que sus padres dispensaban a su hermano menor, mientras que él, que en el momento del crimen tenía 16 años, estaba internado en el centro de los hermanos gabrielistas de La Aguilera, en Aranda de Duero. Mientras continúan las pesquisas, el joven permanecerá internado en el centro Zambrano, al que llegó ayer a mediodía. No obstante, es probable que sea sacado de nuevo del lugar para practicar nuevas diligencias.
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