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Crónica:Baloncesto | Semifinales de la ACB
Crónica
Texto informativo con interpretación

Hercúleo Madrid

Los de Plaza, en su tercera final tras batir a un combativo Joventut

En uno de los partidos más tensos que se recuerdan, el Madrid metió la cabeza en la final de la ACB. Le espera todo un Barça, pero resulta difícil pensar que puedan sufrir más de lo que lo han hecho frente a un Joventut encomiable no sólo por su resistencia heroica, sino por el valor técnico y táctico que han puesto sobre la cancha. Al final, en el quinto y último partido, se quedan sin nada, ni final ni Euroliga, pero está claro que su futuro se presenta halagueño. La serie se decantó por el valor de la ventaja de campo y unos recursos del Madrid algo más amplios que los de sus rivales, mermados por algunas cuestiones físicas y demasiado empeñados en ir de tres en tres. Los blancos no están para tirar cohetes pero, a estas alturas del curso, el corazón vale tanto como la cabeza.

REAL MADRID 65 - DKV JOVENTUT 61

Real Madrid: Tunçeri(3), Bullock (16), Mumbrú (11), Moiso (5) y Reyes (11) -equipo inicial-; Smith (3), Sekulic (0), Hervelle (0), López (13) y Tomas (3).

DKV Joventut: Bennett (13), Rubio (1), Barton (9), Betts (4) y Archibald (2); Huertas (4), Fernández (15), Vázquez (4), Laviña (2), Flis (7) y Gaines (0).

Árbitros: Arteaga, Hierrezuelo y Conde. excluyeron por personales a Barton.

15.000 espectadores en el Palacio Vistalegre.

1º CUARTO - 18-17

2º CUARTO - 15-15

3º CUARTO - 13-15

4º CUARTO - 19-14

El último acto de esta apasionante serie se vivió siempre con la tensión por la nubes. El mundo del deporte cuenta con una particularidad. No es que haya más presión que en otros ámbitos profesionales, pero sí que de vez en cuanto se concentra en tan breve espacio de tiempo que resulta difícilmente manejable. Con el cuerpo en reserva de energía, Madrid y Joventut se jugaban tanto en tan pocos minutos que no tardaron nada en confirmar que no era el momento de deslumbrar, sino de sobrevivir. Y para ello, basta con meter un punto más que el rival. Aunque sean guarismos casi de balonmano. Y eso que el Madrid decidió en su puesta en escena recuperar una de las esencias que le convirtieron al principio de esta temporada en la gran sensación de la Liga: la velocidad. Durante cuatro partidos el dinamismo del Joventut le había convertido más en tortuga que en liebre, y al menos durante unos minutos pudo estirar las piernas y abrir el campo (14-6, m. 7). Fue el primero de unos cuantos arreones, que siempre se vieron respondidos. Tiene muchas virtudes este Joventut. Lleva creciendo desde hace dos temporadas, cuenta en sus filas con jugadores muy interesantes y en la banda Aito está demostrando que como estratega no tiene igual. Cada arreón del Madrid terminaba por ser neutralizado a base de mucha inteligencia defensiva. Con Bullock y Rudy reclamando el protagonismo, el partido se fue a tomar un respiro al vestuario con un marcador que no dejaba dudas (33-32).

A la vuelta, el ritmo se fue ralentizando aún más y el encargado del marcador no corría peligro de sufrir de estrés (46-47, final del tercer cuarto). Con el Barça triunfando en Vitoria, la serie, el paso a la final y la Euroliga se iban a jugar en cinco minutos, a los que se llegó en un estado de parálisis ofensiva tal que las canastas se cantaban como goles. Entre las habilidades defensivas y los estragos provocados por la extrema exigencia al sistema nervioso de los jugadores, todo quedaba a expensas de una aparición estelar. El Joventut la tuvo en Rudy, que gracias a dos triples consecutivos puso a su equipo a tiro de éxito (59-57, a minuto y medio del final). El Madrid optó por sacar petróleo de la línea de tiros libres. Nueve de sus últimos 11 puntos llegaron así. Una antideportiva a Vazquez terminó con el sueño verdinegro, que deberá ser aplazado al menos un año. El Madrid comienza el suyo este mismo domingo.

Rudy Fernández y Felipe Reyes pelean el balón
Rudy Fernández y Felipe Reyes pelean el balónEFE

"Mis jugadores han aprendido a esforzarse"

Joan Plaza, entrenador del Real Madrid, dedicó una salva de elogios para su equipo tras eliminar al DKV Joventut. "No hay excusas que valgan, ni Rudy, ni Gaines, ni nada de nada; eso son milongas porque si ellos han merecido el pase a la final, el Madrid lo ha merecido más", zanjó Plaza, que en su primera campaña como entrenador ha llevado al equipo a tres finales: Copa del Rey, Liga y ULEB.

"Para lesionados los nuestros, que hemos tenido más que ningún conjunto esta temporada y hemos sido capaces de lograr el pase a la final por saber anteponer los intereses del equipo a los personales; mis jugadores han aprendido a esforzarse y luchar", prosiguió el técnico catalán, que superó a uno de sus mentores en el banquillo, Aíto García Reneses.

"Felicito a mi equipo por dar la cara toda la temporada", se despidió el entrenador del Joventut, empujado a la ULEB tras el triunfo del Barça.

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