El guardián de las botas del 'pichichi'
Piqué guarda de recuerdo el calzado que dejó Van Nistelrooy al abandonar Manchester
Era un secreto a voces que no iba a regresar al Manchester United. Después de perder la titularidad y discutir con el técnico Alex Ferguson, estaba claro que no regresaría tras el Mundial de Alemania. A su marcha, regaló abrazos, consejos y bromas. Pero se olvidó en la taquilla unas botas con su nombre impreso: Ruud Van Nistelrooy. Poco duraron en el vestuario. Al día siguiente, un chico del filial con el que había hecho buenas migas, de pelo rapado y ojos azulados, las cogió para tener un recuerdo suyo, para llevárselas a su casa y ponerlas junto a sus tesoros más preciados, como la camiseta de la final del Europeo sub 19 de 2006. Ahora, Gerard Piqué (Barcelona, 1987) se felicita por su hurto consentido, por tener el arma del ariete que, según cuenta, es el mejor definidor que ha dado Europa en los últimos años. Mañana, como cuando entrenaban, se batirán sobre el césped. Pero con un título liguero y una clasificación para la Copa de la UEFA de por medio. Van Nistelrooy en la punta del Madrid; Piqué, posiblemente, en el eje del Zaragoza.
"Parece que es estático. Falso. Tira muchos desmarques", dice el defensa del Zaragoza
Los dos conectaron desde el primer día, desde que Markus Neumayr (Duisburgo) los presentó. "Felicidades por tu boda", le soltó Piqué en su por entonces inglés precario. El holandés, sorprendido por el desparpajo del chico, sonrió, le dio la mano y le invitó a ir al entrenamiento. Pero su amistad se fraguó en las concentraciones, cuando el delantero acudía a la habitación de Piqué para que le diera clases de castellano. "Se extrañaba de que no triunfara la selección española y ensalzaba al Madrid, y también a Xavi e Iniesta", explica; "y, sobre todo, bromeaba". Como cuando con Rooney le gastaron una inocentada a Ferguson. Mientras el técnico masticaba una manzana, Rooney se puso debajo de la mesa de la fruta, bien tapado por el mantel. "Mister, devuélvame la pelota", le dijo Ruud. Ferguson, aplicado a su manzana, fue a chutar el cuero sin mirarlo. Pero cuando iba a darle, la mano de Rooney se lo quitó. Patada al aire, susto de arrea y persecución con una chancleta en la mano. Piqué, que lo vio todo, no podía parar de reír.
Casi siempre estaban de cachondeo. "Mira qué bien visto", le decía Van Nistelrooy. "Ir siempre con zapatillas no es clase, ¿eh?", le replicaba Piqué. Y el holandés, enojado y divertido, sacaba a relucir el tema de las botas. Aunque pedían el calzado a la vez, siempre le llegaba antes a Ruud porque las de Piqué, que calza un 46, llegaban desde Holanda y tardaban más. "Ya veo que quieres ser como yo, pero no hace falta que me copies en todo...", añadía dicharachero. Van Nistelrooy, sin embargo, cambia sobre el césped. "Siempre quiere ganar. Por eso, por ir al límite, a veces tenía roces con los compañeros", cuenta el central. Y recuerda el día en el que se le ocurrió sacar un codo en un salto de cabeza entre ambos. "La próxima vez, verás", le soltó con sequedad el ariete. "Me acojoné de verdad", concede Piqué. Pero al final del entrenamiento, volvieron las risas.
Antes de los partidos, Van Nistelrooy escuchaba música máquina de DJ's holandeses. "¡Es buena!", le decía al tiempo que le pasaba el MP3. Piqué soportaba el ruido y se le escapaba la risa. Pero pronto se callaba porque sabía que a Ruud le iba bien para concentrarse, para motivar al equipo junto con Gary Neville y con el circunspecto Roy Keane.
"Si marco un gol, lo celebro contigo", le dijo cuando Piqué debutó en Liga ante el West Ham. Quedaron uno cero y Ruud marcó el gol. La celebración, sin embargo, se limitó a un gesto de complicidad porque los compañeros le retuvieron. Un par de años más tarde, los dos se encontraron sobre el Bernabéu. Con un castellano correcto, Van Nistelrooy le explicó que tiene una casa en La Moraleja y que estaba feliz.
Piqué se queda con el último consejo que le brindó: "El fútbol exige físico y debes trabajar eso porque lo otro ya lo tienes".
Desde que llegara el miércoles de la selección sub 21, los compañeros de defensa le han acribillado a preguntas sobre el punta del Madrid. "Lo mejor es retenerlo lejos de la portería porque es muy peligroso dentro del área. Si coge un balón cerca del marco, te puedes dar por sentenciado", contesta Piqué. Y añade: "Parece que es un jugador estático. Falso. Tira muchos desmarques y protege de maravilla la pelota". Mañana, Piqué y Van Nistelrooy volverán a medirse. De momento, el central del Zaragoza ya tiene la frase para iniciar la pelea amistosa. "Me han dicho que para ser bota de oro tendrás que marcar un hat-trick al Mallorca...". Amigos siempre; rivales mañana.
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