El ministro se inspira en Homero
Mariano Fernández Bermejo explica que su pasión por los versos nació de traducir la 'Iliada'
Se sabía que había sido un buen futbolista, un aguerrido músico de rock y un fiscal que luchó contra la policía franquista, al principio de sus batallas; pero lo que se desconocía de Mariano Fernández Bermejo, 58 años, ministro de Justicia, de Arenas de San Pedro, era que cultivaba la poesía.
El ministro se reveló como versificador esta semana, después de las elecciones, y ayer nos contó cómo se hizo poeta. Tradujo, de estudiante, la Ilíada de Homero, y para eso le sirvió el griego académico, que aprendió a base de codos. Le apasionó la mitología, conoció en Homero que "los griegos vinieron antes que los romanos", y adquirió en contacto con ese aprendizaje "un poso cultural" que luego le sirvió para la vida. ¿Homero detrás de sus versos? Claro que no, "sólo versifico".
Usó la ironía para componer su poema de salutación al PP, e invoca otra pasión suya, la poesía satírica del siglo XVII (Góngora, Lope, Quevedo) para calmar a sus oponentes políticos, que le han respondido en redondillas. "Hay que introducir sentido del humor en la política, pero tampoco hay que pasarse. Ahí me han respondido con unas redondillas, ¡en las que vuelven a hablar de la ETA!".
Lo que Bermejo quiso poner de manifiesto con sus ripios ("Bonita foto en Madrid, / hayan bien los triunfadores, / mas trasvasar resultados, / más allá de aquesta lid, / a fuer de audacia y desliz, / es contar mal lo contado, / y se vuelve en un pas pis, / contra quien aquí ha ganado, / y habiendo perdido allí / resultará derrotado / al final aquí y allí...") "es que en efecto en un lado hubo una derrota sin paliativos, pero en el otro lado se produjo una victoria igualmente incontrovertible...".
Las redondillas del PP decepcionaron al ministro, "¡porque vuelven con lo mismo, el terrorismo, ETA!"; éstas son algunas de las perlas de respuesta que elaboró "el PP del Senado": "De lejos vienes, Bermejo. / Que andaban aún / pastando los morlacos / de Guisando y ya eras progre viejo". Y acaban las redondillas: "No nos vengas con / canciones, mal ministro, / peor poeta: genuflexos / ante ETA, perdisteis las / elecciones. / Y ahí no acaban vuestros / males. Si Zapatero dirige, / a ver qué guapo os elige: / perderéis las generales".
El ministro que viene de Homero es "un lector anárquico, en poesía y en cualquier cosa"; acaba de terminar Las pequeñas memorias, de José Saramago; leyó, para una presentación, la novela La conjura del Greco, de Manuel Ayllón, y en la mesa de noche perenne guarda los versos de Antonio Machado y de Miguel Hernández. "Yo soy un hombre severo, con sentido del humor, me parece sublime Miguel Hernández, y me ayuda en mi carácter el concepto que de Castilla y de España tenía don Antonio".
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