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Crónica:Fútbol | 36ª jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

La gracia de Maxi y el acierto de Torres

El Atlético se aprovecha de un Nàstic abrumado por su descenso a Segunda

Jordi Quixano

El Atlético se sacudió de encima la estrepitosa derrota que le infligió el Barça en la jornada anterior y dio buena cuenta del Nàstic, que inició el partido como equipo de Segunda y lo terminó con lágrimas en los ojos. Con Maxi como conector y con Fernando Torres como estilete, el Atlético recobró el color al tiempo que aguantó el tirón del Villarreal, empeñado en poner en entredicho su participación europea en el próximo curso.

Aguirre reprobó la idea de los dos arietes y rescató las esencias del viejo equipo, los orígenes del Atlético, con extremos eléctricos y punzantes. Descartó poner un compañero a Fernando Torres en la punta del ataque y fundamentó su propuesta desde los costados, donde Galletti y Petrov cobraron importancia. No sólo porque tienen cohetes por piernas, sino porque el Atlético ensanchó el campo e hizo circular el balón. La apuesta, con el cuero en los pies, fue tan simple como efectiva. Los medios centro robaban el cuero y, con apremio, lo repartían con equidad hacia ambas alas. Desde ahí, los extremos arrancaban sin descanso. Si uno centraba, el otro llegaba al segundo palo. El primer poste, sin embargo, era de Torres, que descompensó a la zaga tarraconense con sus diagonales. Pero para que todo carburase fue necesario Maxi, que rompió al rival con sus movimientos entre líneas y sus pases de ensueño.

NÀSTIC 0 - ATLÉTICO 2

Gimnàstic de Tarragona: Rubén Pérez; Calvo, César Navas, Matellán, Marco; Generelo, Chabaud (Merino, m. 61); Campano, Ismael, Portillo (Gil, m. 61); y Rubén Castro (Makukula, m. 46). No utilizados: Bizarri; Ruz, Morales y Juan.

Atlético de Madrid: Leo Franco; Seitaridis, Pablo, Eller, Pernía; Costinha, Gabi; Galletti, Maxi Rodríguez (Antonio López, m. 74), Petrov (Jurado, m. 68); y Fernando Torres (Agüero, m. 87). No utilizados: Pichu; Luccin, Perea y Mista.

Goles: 0-1. M. 11. Fernando Torres aprovecha un pase de Maxi y bate por raso a Rubén. 0-2. M. 54. Fernando Torres convierte un penalti por una falta de la que había sido víctima el propio Maxi.

Árbitro: Pérez Lasa. Mostró la cartulina amarilla de amonestación a César Navas, Galletti, Gabi, Calvo, Marco y Leo Franco. Asimismo, expulsó con la tarjeta roja directa a Makukula (m. 90).

Alrededor de 11.000 espectadores en el Nou Estadi.

El argentino no tiene la velocidad de antes de lesionarse, pero atesora calidad e inteligencia

No se amilanó el Nàstic ante las embestidas rivales. Espoleado por las incursiones en diagonal de Portillo desde la izquierda, el conjunto granota fustigó al Atlético en la zona de los tres cuartos. Gabi y Costinha, dos medios centro de contención, atajaron con acierto los pases interiores tanto como se atragantaron con las llegadas contrarias desde la segunda línea. Si a eso se le suma que los laterales apenas aparecieron y que los centrales sufrieron un tembleque de rodillas inexplicable, la zaga colchonera resultó un espanto. No hicieron coberturas, apenas practicaron el dos contra uno y tampoco sacaron limpia la pelota. Así, Portillo robó el balón en la frontal y asistió a Rubén Castro, que pegó al suelo a la vez que a la pelota y anuló la ocasión. Tampoco acertó Portillo desde fuera del área. Sin puntería y sin otra alternativa, el Nàstic colgó balones al área. Un error porque por arriba la zaga del Atlético no hizo agua.

Abierto el encuentro, Maxi se hizo su hueco. Quizá no tiene esa punta de velocidad que exhibía hace unos meses, antes de lesionarse. Pero atesora calidad e inteligencia sobre el césped. Anoche no ocupó la banda ni profundizó por su lado, pero barrió todo el frente del ataque. Fue el enganche perfecto. Si los extremos no encontraban pasillo, si los medios no veían el pase horizontal, si la zaga se atascaba, si alguien tenía apuros..., ahí estaba Maxi, que daba un paso hacia atrás y se zafaba del aliento de los dos medios centro. Rápido, a uno o dos toques, combinaba y rompía la presión rival. Y, si le concedían un segundo para pensar, la liaba.

Pronto lo entendió Torres y pronto solventaron el partido. Maxi recibió en el eje, se orientó el balón y leyó la carrera de Torres, que ya le enseñaba la matrícula al central. Balón al hueco y toque sutil de Torres ante la estéril salida de Rubén. Después, Maxi se metió entre los centrales y se tiró en el área. Picó el árbitro y Torres sentenció.

No se recuperó del mazazo el Nàstic, que despidió la categoría al grito de "¡Flores, vete ya!". Se relamió el Atlético, que se topó con un partido sencillo y que resolvió por la gracia de Maxi y el acierto de Torres.

César Navas intercepta una penetración de Fernando Torres.
César Navas intercepta una penetración de Fernando Torres.EFE

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