Transportes El Comicio SA
Los partidos se prestan a llevar a los votantes que tienen un viaje difícil hasta el colegio electoral
Hay votos viajeros y votos carretados. Votos que libremente se trasladan a las urnas y se ejercen en secreto, y votos que son transportados como objetos por el conductor que insiste en recogerlos. En Pradorramisquedo, una aldea de Viana do Bolo que en elecciones sale en la prensa porque sus 19 vecinos tienen que recorrer 36 kilómetros, entrar en Zamora y volver a Galicia para votar en la capital municipal, los sufragios fueron viajeros en anteriores elecciones pero, en éstas, alcanzarán las urnas a lomos de los partidos.
En las últimas autonómicas, la Xunta puso un barco para que los colonos de Ons arribasen a la urna instalada en la tierra firme de Beluso. El ayuntamiento de Bueu se encargó sólo de avisar a los vecinos con un bando en el que se especificaban los horarios y el itinerario de la embarcación y el bus que en tierra trasladaría a los votantes hasta su colegio electoral. Cuando llegó el día de los comicios, fueron pocos los que utilizaron el transporte.
"Nosotros vamos con la papeleta en el sobre para que luego nadie vea a quién votamos"
Este año, la alcaldesa de Bueu ya no ha solicitado el servicio. Y a los vecinos les da cierta pena, porque hubo ocasiones gloriosas, como aquel domingo de temporal en el que el patrón de la barcaza comicial se negó a salir. En la Junta Electoral de Pontevedra recuerdan que a punto estuvo de salir un helicóptero para recoger a los votantes, "aunque a última hora el mar se calmó".
Todo ciudadano tiene derecho a votar, pero la urna no se puede mover y la Ley Electoral no especifica, en ningún momento, que la Administración tenga la responsabilidad de garantizar el transporte gratuito hasta el colegio. Como la misma normativa fija en 200 el número de vecinos que, como mínimo, son necesarios para que se instale una mesa electoral, en Galicia, más que en ninguna otra comunidad, se cuentan por cientos las aldeas remotas que se quedan sin urna.
En las elecciones autonómicas, es la Xunta quien se encarga de pagar el traslado aunque la ley no la obligue, y lo hace sin que los ayuntamientos se lo pidan. Pero en las europeas, generales y locales, son los propios concejos los que deben solicitar a las subdelegaciones del Gobierno fondos para costear la excursión. Y las subdelegaciones sólo pagarán el traslado individual de las personas impedidas que lo soliciten y aquellas facturas de los ayuntamientos que se consideren "razonables" para un transporte colectivo.
Según el responsable de gestionar estos servicios en la de Pontevedra, esta vez fueron cinco los municipios de la provincia que propusieron planes de viaje, pero sólo A Lama fue "razonable" y sólo se le concedió dinero a este ayuntamiento. Los otros cuatro (Rodeiro, Agolada, Lalín y O Covelo) presentaron presupuestos "desorbitados". Frente a los casi 3.000 euros que pedían algunos para recoger casa por casa a sus vecinos, el municipio de la penitenciaría ha asegurado que se las apañará con poco más de 200 euros. En la subdelegación de Pontevedra se preguntan "por qué los ayuntamientos que ahora demandaron el transporte electoral no lo pidieron en las elecciones generales. ¿Es que no querían que la gente votase?".
Ourense, la provincia en la que las encuestas auguran menos novedades en los resultados, será la que hoy ofrezca más desplazamientos oficialmente previstos. La subdelegación ha concedido 60 servicios. Y pese a eso, todavía restan unos cuantos municipios que, esta vez, han optado por confiar al carretaxe el derecho a voto de sus lugareños.
"Porque no hayan puesto un bus para todos, no hay que suponer que la gente no va a ir a votar", confiesa un funcionario desde Viana. "Si los vecinos no quieren venir en su coche, los políticos se encargarán de traerlos". Y eso mismo explica el alcalde pedáneo de Pradorramisquedo, Rogelio Blanco Primo: "A nosotros ya nos da lo mismo que venga el autocar como que no. ¿Para qué va a venir, si la mayoría de nosotros viajamos en alguna de las carretas? Los políticos van recogiendo por aquí a los que creen que son de los suyos. Y nosotros vamos ya con la papeleta bien guardadita en el sobre, para que luego nadie pueda ver a quién votamos".
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