Johnny Depp, el último pirata
Y mañana se acaba la trilogía. No será tan impresionante como El Señor de los Anillos, ni tan legendaria como Star Wars, pero las taquillas esperan sedientas la llegada mañana a los cines españoles (y a casi todo el mundo) de Piratas del Caribe: en el fin del mundo, el explosivo cóctel de bucaneros, marinos fantasmas, batallas navales y amoríos de Johnny Depp, Orlando Bloom y Keira Knightley.
A quien mejor le ha sentado la serie ha sido al veterano Depp: obtuvo una candidatura al Oscar por la primera parte; estas aventuras le han recuperado para el cine de palomitas; ha logrado imponer al stone Keith Richards para que encarne al padre de su personaje, el capitán Sparrow, en este último filme; se ha embolsado por su trabajo cerca de 30 millones y ha podido soltar su lengua mordaz en la promoción del filme. En una entrevista asegura que besar a su compañera Knightley (21 años más joven que él) no fue agradable: "Los besos son siempre muy molestos en cine. ¡Ella es como una niña de tres años y yo como un viejo de 100!".