Betis y Nàstic se reparten el mal juego en Sevilla

El Betis se jugaba la tranquilidad (raquítica) de sumar los suficientes puntos como para esquivar la Segunda. El Nàstic, si perdía, perdía la categoría sin remedio. Así visto, podría adivinarse un partido disputado, temperamental, hasta emocionante. Lo que sucedió sobre el césped del estadio de Heliópolis fue algo muy diferente, un verdadero ejercicio de impotencia futbolística, de juego mediocre, de trabajo mal hecho y que a ninguno sirvió del todo.

El Betis salió como un tiro. Y el arreón le granjeó un par de oportunidades de gol antes de que se cumplieran los dos primeros minutos del encuentro. Fue casi todo lo que hizo en el partido. Luis Fernández dejó al equipo sin una punta clara en el ataque. Algo que ya ha hecho en otras ocasiones, que además se saldaron con el mismo resultado: la nulidad atacante. La mejor opción de los verdiblancos mientras le duró el aire en los pulmones fue el alemán Odonkor, un jugador con dotes de atleta y sin apenas noticias de las futbolísticas. La segunda mejor opción eran los disparos a balón parado de Assunção. El brasileño mantiene la titularidad en el conjunto verdiblanco casi exclusivamente por esa razón, por los goles que consigue a balón parado, a pesar de que hace casi dos años que no consigue uno de dicha manera. Ayer estuvo a punto de conseguirlo en el minuto 53, pero Rubén Pérez hizo el primero de dos paradones consecutivos.

El Nàstic cortó el cupón en Sevilla y su juego no pasó de correcto. Su mayor peligro fueron un par de disparos lejanos; de Generelo poco después del comienzo de la primera mitad y de Portillo poco antes de su fin. Los goles llegaron al final. Primero lo consiguieron los visitantes, el árbitro vio un penalti sobre Makukula cuando intentaba rematar un córner. Xisco empató ya en el tiempo recuperado. Probablemente se hizo justicia. Es difícil señalar cuál de ambos equipos fue peor.