Touriño pide a los lucenses que rompan con la "reserva natural del clientelismo"
La vicepresidenta De la Vega acusa al PP de haberse internado en la extrema derecha
Xosé López Orozco, Emilio Pérez Touriño y María Teresa Fernández de la Vega, juntos en el escenario. El alcalde de Lugo, el presidente de la Xunta y la vicepresidenta del Gobierno elevando los brazos para representar gráficamente el núcleo del mensaje que los socialistas gallegos repiten sin descanso desde que comenzó la campaña: la necesidad de trasladar el cambio a los muncipios para que se beneficien de la cooperación entre las tres administraciones. La ciudad de Lugo, aseguró Touriño, debe servir de ejemplo para que la provincia deje de ser "la reserva natural del clientelismo".
"Por eso os pido", dijo Touriño dirigiéndose al auditorio "que os incorporéis al cambio; porque es posible progresar y lograr una Galicia más justa y equilibrada. Que Lugo abandone el furgón de cola. La derecha creyó que tenía aquí la reserva natural de sus políticas clientelares y hoy Lugo lidera el cambio". "Y hoy os digo", proclamó, "que vamos a incorporar Lugo al cambio, en sus ayuntamientos y también en su Diputación".
La ciudad de Lugo es, hoy por hoy, la joya de la corona de la administración local socialista. Lo es porque su alcalde cultiva y cosecha aplicadamente el respaldo de sus vecinos, pero sobre todo porque en su día se convirtió en un ejemplo del renacimiento electoral de los socialistas cuando las cosas pintaban mal; un ejemplo aún más llamativo porque floreció en el corazón de un territorio hasta entonces monopolizado por la derecha.
En Lugo, Orozco recibió hace cuatro años uno de cada dos votos y eso se notó ayer en el Auditorio Gustavo Freire, abarrotado a pesar de su millar de plazas. Así que no fue extraño escuchar tanto a Touriño como a la vicepresidenta Fernández de la Vega deshacerse en elogios al candidato. "Un alcalde del que uno puede presumir en toda Galicia y en toda España, una referencia y un modelo que está cambiando el papel de Lugo para convertir la ciudad en el motor de la Galicia interior", según Touriño. Un "hombre preparadísimo, con experiencia, ideas, pasión y entrega", según De la Vega. "No me extraña que te voten tanto; lo raro es que no te voten todos", exclamó.
En presencia de representantes de las tres administraciones, Touriño aprovechó para explotar a fondo la baza que más le gusta jugar en estas elecciones. Con el respaldo de los gobiernos de España y de Galicia, explicó, la capital lucense cuenta con todo el apoyo para superar "las dos velocidades" y contar con "ciudadanos iguales en oportunidades". Será gracias al Plan de Reequilibrio Territorial de la Xunta, una idea que Touriño atribuyó al propio Orozco y cuyo objetivo es simple: acabar con el agravio de "una Galicia costera que crece y una Galicia interior abandonada; eso no tiene por qué ser así, no es algo que haya simplemente que aceptar, es el resultado de la política de la derecha".
Del plan le fue fácil a Touriño llegar al apartado de las promesas. Lugo, explicó el presidente, vive la mayor transformación de su historia reciente gracias a la autovía del Cantábrico, las conexiones con Santiago y Ourense y las nuevas rondas, un conjunto de iniciativas que van a permitir que la ciudad deje "el rincón del atraso y pasar al centro de la prosperidad". Gracias a la cooperación de las tres administraciones, añadió, "Lugo va a hacer la mejor operación de su historia para mimar el legado de su territorio y del río Miño", va a contar con un nuevo hospital, viviendas rehabilitadas y 14 millones de Europa para construir el nuevo auditorio.
Touriño situó ante la audiencia la importancia que el PSdeG concede a la conquista del voto del interior, y Fernández de la Vega se ocupó de dar contexto político a la cita con las urnas. A diferencia de los socialistas, señaló, "no todos pueden decir que se ocupan de la gente" porque se "dedican a recuperar el poder a toda costa, por encima de todo y cueste lo que cueste". No hablan de otro tema, explicó, "porque están en otra cosa". "Con tal de volver al poder todo les vale. Pero se equivocan", advirtió. "Porque la gente ya les conoce y la mentira pasa factura. Ya se lo dijeron hace tres años pero no lo han escuchado y así les va de mal".
Tal es su actitud, añadió, que tienen "el récord del líder peor valorado de la historia de la democracia española". "Anunciaron un viaje al centro pero debieron perderse; se equivocaron de dirección. Les voy a regalar una brújula", prometió, "porque están desnortados: se han ido a la extrema derecha".
Orozco y los romanos
A Xosé López Orozco sólo le faltaban ayer una túnica y una corona de laurel para subrayar su porte de senador romano en lo alto del escenario. Feliz con la presencia de Touriño y de la vicepresidenta Fernández de la Vega, el alcalde de Lugo resumió su entusiasmo asegurando sin reservas que la ciudad vive su momento "más dulce", quizá el mejor desde la "época de los romanos". Un momento plagado de proyectos y de inversiones que relató minuciosamente, con especial referencia al auditorio y al nuevo puente sobre el Miño, dos de sus iniciativas más queridas.
La política, explicó, "no está para crear problemas sino para dar soluciones: la política es confianza" y por eso su gobierno, destacó con satisfacción en referencia a una reciente encuesta, es el más valorado de entre todos los que forman parte de la administración local de Galicia.
Pero Orozco no se confía. "Nada está ganado", recordó, ahorrándole la frase al presidente. Las elecciones "se ganan en las urnas, convenciendo a los amigos y a las amigas". Para que, con la ayuda de los Gobiernos de Galicia y de España, señaló, "podamos seguir disfrutando del momento más dulce".
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