El Sevilla sigue en la carrera por la Liga tras sufrir ante el Recreativo
El Sevilla salió ayer tremendamente despistado y a punto estuvo de perder algún punto frente al Recreativo, lo que habría significado su definitivo adiós a la carrera por la Liga. No aprender en carne ajena, sobre todo en un mundo tan retransmitido como el del fútbol, tiene bastante delito. El Barcelona dejó bien claro el pasado jueves en Getafe la que le puede caer al que utiliza supuestas estrategias de futuro para alterar su esencia en aras del descanso físico, mental u otras zarandajas. Probablemente, parte de la cabeza de los sevillistas estaba en Glasgow, pensando en la final de la Copa de la UEFA del miércoles frente al Espanyol, y otra se había quedado de piedra con la remontada del Madrid frente al Espanyol.
Lo único que recordó al Sevilla de siempre fue el arranque. De nuevo, una estampida que se saldó con dos oportunidades en el primer minuto. Además, a los 13 minutos, Maresca marcó un gol que culminaba una soberbia jugada, por lo que bastantes se pensaron que, a partir de entonces, al que más trabajo le quedaba era al del marcador. Otro error, minusvalorar al contrario. Sobre todo si es el Recreativo, una de las cosas buenas que le han pasado a esta Liga.
Al borde de la media hora, Rosu colocó un voleón muy cerca de la escuadra derecha de Palop y el Recreativo comenzó a mandar. Cazorla se merendaba periódicamente a Escudé -volcado a la izquierda para que Dragutinovic se jugase los garbanzos por el centro- y las llegadas recreativistas se hicieron muy frecuentes. No le quedó más remedio a Palop que convertirse en el mejor de los suyos y fue especialmente efectivo a la hora de rechazar un disparo y un cabezazo de Sinama.La segunda mitad entró de manera muy similar: el Recreativo empujando y el Sevilla aculando. A Juande no le quedó más remedio que remendar su centro del campo. Y acertó. Con Martí se acabó el dominio del centro del campo de los recreativistas. Un penalti inocentón sobre Luis Fabiano pareció matar el partido y otro sobre Uche lo revivió, aunque no lo varió. Y a pensar en otra cosa, dijeron los sevillistas.
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