"Dos veces seguidas en una final europea es histórico"
Fue terminar el partido y las luces se apagaron en el Sánchez Pizjuán. Dos mensajes acapararon la atención del graderío: "Te quiero, Glasgow... Y voy a ir a verte". El Sevilla defenderá ante el Espanyol su corona el 16 de mayo en la ciudad escocesa. Será la sexta final protagonizada por clubes españoles en la historia de las competiciones europeas. Valencia, Barcelona y Zaragoza se enfrentaron entre sí en 1962, 1964 y 1966 en la Copa de Ferias, la anterior versión de la Copa de la UEFA. El Madrid y el Valencia se disputaron la final de la Liga de Campeones en 2000, con victoria madridista por 3-0. Y el mismo Sevilla y el Barcelona jugaron la final de la Supercopa de Europa el pasado verano.
"Nos hemos quitado el peso de encima que era Osasuna", relató Puerta al término del encuentro. "Dos veces seguidas en una final europea es algo que han conseguido muy pocos equipos", añadió. "Gracias, nos vamos muy contentos", declaró por su parte, de lo más escueto, Palop, mientras una multitud de seguidores le rodeaban. "Nos ha costado mucho llegar hasta aquí, pero tenemos la satisfacción del deber cumplido", prosiguió Juande Ramos. La final de Glasgow será especial para el entrenador del Sevilla, que no triunfó al mando del Espanyol, de donde salió trasquilado en la quinta jornada de la temporada 2002-03. La única vez que le han despedido antes de terminar un contrato. "Será un partido bonito y muy abierto", abundó el técnico.
El Sevilla está viviendo su momento más grandioso en sus 100 años de historia. Hace un año, por estas fechas, el grupo de Ramos superó al Middlesbrough en Eindhoven (Holanda) con una goleada mayúscula: 4-0. Fue su primer título europeo. Con un juego sólido y efectivo, marcó 25 goles en el camino hacia la final. Ahora repite final en la Copa de la UEFA, algo que antes habían logrado ya otros equipos españoles: el Barcelona en 1958 y 1960 en la Copa de Ferias, el Valencia en 1962, 1963 y 1964, y el Real Madrid en 1985 y 1986.
Entretanto, en Osasuna todo eran caras largas. El club navarro acarició su primera final continental. Se le fue de las manos. Webó, con el 2-0 en contra, mandó al palo un centro de David López. El Cuco Ziganda apeló al granito que suele exhibir cuando, a lo largo de esta temporada, lo ha necesitado. Contra el Rangers o el Bayer Leverkusen, por inferioridad de los escoceses y desesperación de los alemanes, la táctica había funcionado.
El bloque, como propugna Ziganda, no es sólo lo primero, sino lo único. Anoche chocó contra una escuadra que defiende las mismas virtudes pero que tiene una profundidad de banquillo notablemente superior. Por algo el Sevilla es el único equipo de Europa que aspira a tres títulos. "El año pasado había gente que nos decía que habíamos llegado con un poco de suerte. La gente entenderá ahora las rotaciones. Si hubiésemos quemado a los jugadores en una sola competición no estaríamos disfrutando ahora", cerró Juande Ramos.
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