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Reportaje:Vela | Copa del América

Un pertiguista en medio del mar

Jean Galfione, campeón del mundo y oro olímpico en salto con pértiga, compite como molinillo a bordo del Areva

Juan Morenilla

Los molinillos son tipos curiosos. Entre los forzudos de la Copa, encargados de mover las pesadísimas velas, hay ex jugadores de rugby, levantadores de peso, bomberos, un doble del actor Steven Seagal y hasta un ex soldado de Irak. También, claro, deportistas de élite, campeones del mundo y medallistas olímpicos. Uno de ellos es Jean Galfione (París, 36 años), oro en los Mundiales de Sevilla en 1999 y en los Juegos Olímpicos de Atlanta en 1996... en salto con pértiga. Galfione forma parte del privilegiado grupo de oros olímpicos reunido en Valencia. Gente como Luis Doreste (Desafío Español) y Jochen Schuemann (Alinghi). Pero el francés de Areva es el único que viene de un mundo ajeno al agua.

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"Empecé navegando con los amigos, por hobby, para pasármelo bien, y en una regata en 2003 coincidí con Thierry Peponnet [patrón del Areva]. Estaba haciendo pruebas para el equipo, probé y les gusté", cuenta Galfione. Sus bíceps y antebrazos demuestran por qué. Además de molinillo, el francés es el preparador físico del equipo junto a Laurent Buttafoghi, entrenador del equipo francés de esquí. "Esto es durísimo, mucho más de lo que pensaba, y una gran aventura. He estado 20 años estudiando la preparación física y ahora soy yo el que prepara a 25 personas", dice Galfione, "pero no soy un entrenador duro ni severo. Prefiero ganarme la confianza de los chicos y motivarlos, sin hacerles pasar un mal rato".

Acostumbrado a volar por los aires, Galfione se pelea ahora con las olas. "La Copa del América es una nueva vida. Antes no sabía nada de esta competición. Mi experiencia en vela se limitaba a las vacaciones, a pescar y bucear con los amigos. Había leído libros sobre grandes regatistas y cuando me meto en un deporte lo hago a tope", afirma Galfione. Así triunfó como pertiguista, deporte que empezó a practicar con 14 años pese a ser sobrino de un campeón olímpico de florete. Galfione colgó la pértiga en agosto de 2005 con una plata en un Europeo (1994), un bronce (1995) y un oro (1999) en los Mundiales y otro oro olímpico (1996), además de ingresar en el grupo de los saltadores que han alcanzado los seis metros y medirse al genial Bubka. "Algunas veces le gané, no era invencible, pero sus marcas son insuperables", admite.

Al retirarse, cambió la polea por el molino de las velas. "El único parecido es que necesitas una buena preparación física. Los ejercicios y los movimientos sobre la pértiga y el barco son totalmente diferentes, no tienen nada que ver. Sólo me ayuda la mentalidad. He de estar muy concentrado para soportar los días difíciles y mantener la pasión por el deporte", cuenta el ex pertiguista.

Galfione recuerda emocionado la primera vez que se subió a un barco de Copa del América. "Fue lo que había soñado toda mi vida. Subía como tripulante, no como invitado, y estaba asustado porque no sabía qué debía hacer. Mi escuela fue en un barco de Copa y no en uno pequeño", afirma. Después de años de entrenamiento en solitario, le costó acostumbrarse a trabajar en grupo. "Como molinillo no tengo toda la responsabilidad del barco sobre mis hombros. Antes estaba solo, sin nadie más. Ahora son los otros los que deciden y me frustra cuando no puedo aportar más. Pero acepto los resultados mejor que cuando era joven. Soy más maduro", apunta.

Su popularidad en Francia ha disminuido, aunque todavía encuentra en los restaurantes y por la calle a aficionados que le recuerdan su pasado como pertiguista. Él mismo todavía revive sus tiempos como saltador en las pistas de atletismo de Valencia. "Salto para oler lo que es la sensación de saltar. Siento más libertad volando con la pértiga que navegando. Es como si fuera una piedra lanzada por un tirachinas. En el barco tienes todo el mar por delante, pero somos 18 apretados en poco espacio", afirma. El resto del tiempo lo dedica a patinar y jugar al golf, y a la asociación Atletas del Mundo, que ha fundado para ayudar a niños víctimas de la explotación y la violencia. ¿Y después de la Copa? "Quiero hacer otras regatas", cuenta, "cruzar el Atlántico".

Jean Galfione en la base del Areva Challenge
Jean Galfione en la base del Areva ChallengeAP

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Sobre la firma

Juan Morenilla
Es redactor en la sección de Deportes. Estudió Comunicación Audiovisual. Trabajó en la delegación de EL PAÍS en Valencia entre 2000 y 2007. Desde entonces, en Madrid. Además de Deportes, también ha trabajado en la edición de América de EL PAÍS.

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