Osasuna se centra en la Copa de la UEFA y empata con el Recreativo

La UEFA ha acabado por borrar el resto de objetivos de Osasuna. Sin menospreciar ningún partido, no entra en los mandamientos de Ziganda, pero deslumbrado por los oropeles europeos, los navarros se han resignado a luchar por la permanencia a toda costa. Ayer, después de repartirse el control del partido con el Recreativo, se quedaron con un punto más, que no salva pero tampoco condena. No mostró más ambición el Recreativo de Huelva, dispuesto a las contras pero sin convencimiento suficiente, sin verdad en sus ideas.

Los de Marcelino fueron meros acompañantes de Sinama Pongolle y Uche, guerreros durante los embates iniciales y los más destacados de su equipo. Mientras, Romeo desperdiciaba un par de buenas oportunidades cuando Osasuna, en la primera mitad, desplegó su mejor presencia. Hubo demasiado fútbol primario, aunque con honrosas excepciones con David López y Juanfran como figurantes. En los onubenses, sólo el músculo de sus dos arietes se salvaba del tedio primaveral.

La reanudación trajo más seriedad en el centro del campo del Recreativo aunque acabó con los contragolpes y las ocasiones. Sinama Pongolle remató con comodidad una pelota que Barber había prolongado con un estiloso taconazo a Juanma. Hubo un escalofrío general, pero Osasuna tiró de pudor para remontar. Cruchaga, apenas tres minutos después del tanto, cabeceó una falta sacada por David López. Fue casi la última ocasión de los locales, que trataron de llegar a Milosevic y Soldado mediante obuses incontrolables (habitualmente nacidos de las botas de Ricardo o los laterales).

Mientras, los blanquiazules se decantaron por apretar en la medular, donde Erice, pese a mostrarse muy despierto y hábil, no encontró apoyo en Raúl García. Con ese dominio posicional, los de Marcelino afilaron a Sinama Pongolle. El delantero, que a punto estuvo de fichar el pasado verano por Osasuna, remató con una espectacular media vuelta un balón prolongado en un córner. Ricardo, magistral, consiguió despejar estirando un pie. A falta de un cuarto de hora, otra vez el ex del Liverpool mostró sus armas: en la banda dejó desfondado a Cruchaga y cedió a Uche para que la empujase, pero el nigeriano no se esperaba ese centro y se cayó al suelo del susto.