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Reportaje:Fórmula 1 | Gran Premio de Malaisia

La ambición al poder

La llegada de Fernando Alonso y de Lewis Hamilton ha dado un vuelco trascendental a todo el equipo McLaren

Hacía más de un año que McLaren Mercedes no conseguía una victoria en el Mundial de F-1. Pero ayer, Fernando Alonso y Lewis Hamilton, sus dos nuevos pilotos, rompieron el maleficio y dejaron en evidencia a sus predecesores en la escudería, Kimi Raikkonen y Juan Pablo Montoya. Mientras ellos debieron conformarse sólo con algunos podios, el asturiano y el británico lograron un doblete que sitúa al equipo en otra dimensión, la de las victorias. "Lo conseguimos", confirmó Fernando Alonso. "Y ahora todo es posible. Estamos liderando los dos campeonatos

[el de constructores y el de pilotos] y debemos luchar por defender estas posiciones en las próximas carreras". En el equipo todos saben que no será sencillo. Piensan aún que Ferrari sigue estando ligeramente por delante de ellos, y que si perdieron en Malaisia fue básicamente porque habían basado su estrategia en realizar una buena salida y todo se les torció desde el momento en que Alonso y Hamilton coparon las dos primeras plazas. "La batalla será dura en Bahrein porque no hay tiempo de retocar los coches y los Ferrari volverán a ser, probablemente, los más rápidos", prosiguió Alonso, nuevo líder del Mundial.

El bagaje del año 2006 fue desastroso: nueve podios y hasta ¡13 abandonos!
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Sin embargo, en el seno de McLaren nadie puede esconder ya el sentimiento de satisfacción que les invade porque la victoria de Alonso y los cuatro podios que han conseguido en dos carreras les confirma que están en el camino adecuado. "Es más de lo que podíamos soñar. Todos en la escudería vislumbramos ya un campeonato excitante", confirmó Ron Dennis, presidente y jefe del equipo. "Pensamos ya en el reto de Bahrein". El cambio anunciado en el momento en que ficharon a Fernando Alonso está ahí. Y no sólo se nota en toda la filosofía externa del equipo, en la espectacularidad con que se presentaron en Valencia, en la aportación innegable de Vodafone, en la incorporación de la juventud -Alonso tiene 25 años y Hamilton 22-, sino también en las mejoras introducidas en los coches. El segundo puesto que logró ayer el piloto británico sumado al tercero que logró en su debut en Australia le convierten en uno de los mejores debutantes de la historia. Sólo Peter Arundell consiguió, en 1964 y al volante de un Lotus, sumar dos podios en sus dos primeras carreras.

Cuando al final de la pasada temporada le preguntaron a Norbert Haug si el equipo estaría en disposición de ofrecer un coche ganador a Alonso desde la primera carrera, el dirigente alemán se tocó la cabeza como medio enojado y se limitó a decir: "Of course [desde luego]". Pero ni él ni nadie creían excesivamente en sus palabras. Se le exigían hechos. El desastre de la temporada 2006 en McLaren había sido de un calibre descomunal: ninguna victoria, nueve podios en total y ¡13 abandonos! No invitaba al optimismo. Hasta el punto que un Raikkonen desesperado confesó tras la clasificación en Japón: "He dado una vuelta perfecta y he acabado 11º. Esto es lo mejor que puede dar este motor, que será la base para los próximos cuatro años. Pero éste ya no es mi problema". Fueron unas palabras que sentaron fatal en el equipo. Pero la reacción ya estaba en marcha. Se estaba trabajando desde hacía meses en el nuevo coche en vez de invertir tiempo en el de 2006. El mismo Pedro Martínez de la Rosa había hablado con Alonso para hacer las adaptaciones necesarias a fin de que cuando llegara el campeón todo estuviera a punto y a su gusto. Se dejó a Raikkonen un poco a su suerte. Y el finlandés, con problemas de comunicación con el equipo y con la leyenda de juerguista que siempre le persiguió y que no gustaba nada a Dennis, se fue estrellando con la incomprensión de todo el equipo. "Si me preguntan sobre Raikkonen, no puedo decir nada malo de él", contestó Haug, estos días en Malaisia. "Fue un buen piloto para nosotros. Nos aportó mucho. Y le quisimos retener para que pilotara junto a Alonso. Pero tenía un contrato firmado con Ferrari desde hacía 20 meses y era imposible que siguiera. Pero ahora estamos muy satisfechos de tener unos pilotos tan jóvenes y de tanta calidad".

La llegada de Vodafone obligó a McLaren a cambiar la imagen corporativa, a abrir nuevos mercados entre la juventud y a mejorar el coche. Desde el primer momento, les dejó claro a los dirigentes que todo aquello sólo se sustentaba con victorias... o al menos con podios. Pero luego, cuando Alonso comenzó a trabajar con el equipo, cuando se integró por completo con los mecánicos en el centro de Woking, y cuando todos los componentes de la escudería supieron que él siempre sacaría el máximo rendimiento al coche que le dieran, se produjo la gran revolución. Y la confirmación de Hamilton como segundo piloto oficial acabó de rematarla. Tenían a un doble campeón y a la máxima promesa del automovilismo británico. Y no podían fallar. Y, al menos por ahora, no lo han hecho.

Hamilton celebra en el podio su segundo puesto.
Hamilton celebra en el podio su segundo puesto.ASSOCIATED PRESS

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