Invencible Estudiantes

El aura de Mariano de Pablos es inacabable. Parece que a De Pablos, de 31 años, el técnico más joven de la ACB, le da lo mismo el rival que tenga delante. Le estudia con tanta devoción que siempre encuentra un resquicio por el que doblegar las ganas de pelea de los gigantes de enfrente. Así, ante el Madrid, neutralizando a Bullock, mandando al limbo al escolta estadounidense, machacando su talón de Aquiles, el Estudiantes cosechó otra victoria más. Nada nuevo. Van 11 seguidas, seis en la Liga española y el resto en Europa, tan vitales que le han permitido el pase a la Final Four de la Copa FIBA.

El grupo del Ramiro, sumido a principios de febrero en una crisis de identidad que le acercó a los puestos de descenso, ha recuperado el aliento al dictado de De Pablos, que tantas dudas tenía sobre su futuro con una pizarra en la mano que trabajó un tiempo como agente de viajes. Su siguiente opción era el periodismo.

El Niño de los banquillos igualó anoche los siete triunfos iniciales de Aíto García Reneses como novato. El récord todavía lo mantiene en 13 encuentros Joan Plaza, que ayer fue incapaz de frenar la solvencia de Jasen y McDonald en la pintura. El estadounidense firmó una tarjeta muy completa (22 puntos y 8 rebotes) y dio mucha guerra a los hombres altos de Chamartín.

Reyes, en cambio, no anotó hasta el minuto 14. Sin embargo, fue, una vez más, el que sostuvo al Madrid. Pese a su papel ayer, más bien discreto, hubo un tiempo en que Felipe Reyes no era carne de pintura. Que por su falta de centímetros le veían más capacitado para ganarse los garbanzos como alero y no como cinco. Por suerte para el Madrid y la selección, su falta de acierto desde el perímetro le devolvió bajo los aros. Un territorio comparable al salvaje oeste, donde sólo los más fuertes de mollera se sostienen. El que despierta más dudas es Bullock. Le pasó en Rusia contra el Kazan y en el Palau Blaugrana. El escolta estadounidense volvió a desaparecer, esta vez en el derbi. Un signo preocupante para la escuadra madridista, por muchas rotaciones que haga Plaza. El cansancio, sobre todo mental, empieza a pasar factura al hasta ayer líder de la ACB, que se ha propuesto disputar todas las finales posibles. De momento, perdió en su duelo con el Barça en la Copa; razón de más por la que la ULEB, el día 10 en la ciudad belga de Charleroi, será vital para el estado de ánimo de la sección de baloncesto madridista.

De vuelta al bando de Estudiantes, Gonzalo Martínez fue el principal artífice -sobre el parqué- de la victoria de los herederos de Magariños. El base, un chico de la casa, endurecido en Gran Canaria, tenía la papeleta de reemplazar a Azofra. Ni más ni menos. Ayer no le dio el tembleque y redondeó su actuación con un triple en la prórroga, a falta de un puñado de segundos, que se puso a celebrar cuando el balón todavía volaba por el Telefónica Arena.

Al que todavía le falta un hervor es a Marko Tomas. El croata pudo sentenciar para el Madrid desde el perímetro y evitar el tiempo suplementario. El cuero rebotó en la esquina del tablero.