España respira a tiempo

A España le cuesta tanto competir que incluso con dos grandes goles a favor, un primer tiempo muy aceptable y un rival con diez jugadores desde el minuto 19 es capaz de concluir un partido de forma agonizante. Le sucedió frente a Dinamarca, que le apuró hasta el final por no haber sabido cerrar el encuentro a tiempo y por culpa de una defensa esperpéntica que desafinó de mala manera durante toda la noche.

Desubicados los centrales, los dos laterales no tuvieron dictado alguno en el ataque

Con todo de cara, la selección entregó un gol circense a los daneses y terminó empantanada junto a Casillas. Para su fortuna, descolgada en la clasificación de la Eurocopa, la victoria le concede un sosiego. A Luis Aragonés y al equipo, que al menos ha encadenado dos triunfos consecutivos tras un curso tan bacheado. Pero las huellas dejadas por sus defensas resultan inquietantes por mucho que Ramos y Puyol regresen de inmediato. A día de hoy, no tienen relevos.

Dinamarca arrancó con la soltura que le caracteriza. El danés siempre ha sido un equipo con descaro, al que le gusta ensanchar el campo y asaltar el área rival sin temeridad. Por el contrario, nunca se ha distinguido por el valor de sus defensas. Anoche, tampoco. Con el partido bajo control, Niclas Jensen, su lateral izquierdo, se destempló en un minuto. A sus 32 años, sacó la estaca con Morientes y al instante con Villa. El suizo al mando del partido le expulsó cuando sólo se habían jugado 19 minutos. Para España, hasta entonces en hibernación, fue un despertador.

Con 34 partidos en la mochila, Luis parece haberse convencido definitivamente de que lo mejor del semillero español está en el centro del campo, donde abundan los jugadores con imaginación. En un paisaje nacional tan escaso por la proliferación de extranjeros, futbolistas como Xavi, Iniesta, Silva, Cesc y Guti, si fuera necesario, son las principales señas de distinción. Luis ha hecho bien en convertirles en la parte troncal de España. Con ellos, la selección tiene un sello, Por fin, podría registrar un estilo propio. En esta cosecha los extremos han fracasado. Algunos por indolencia -Joaquín y Reyes- y otros por mala fortuna -Vicente, un peregrino de las enfermerías-.

Luis también parece haber dado con la tecla en la delantera. Una vez sofocado el destierro de Raúl, tan certero en lo deportivo como desafortunado en las formas, y con Fernando Torres frenado, el seleccionador ha acertado al explotar la veta valencianista: Morientes y Villa. Ambos mezclan tan bien que hasta se solidarizan en las malas rachas. Cuando uno, caso de Villa en los últimos meses, se ofusca, el otro despega. Hasta el encuentro con Dinamarca, entre los dos sumaban 36 goles en lo que va de temporada. Anoche sumaron otro más cada uno y los dos tantos fueron estupendos. Ambos tuvieron que resolver las jugadas con la pierna pocha. Morientes, tras un gran pase de Iniesta y sentar a Agger. Y Villa, tras despedir a Gravgaard con un acelerón. Por mucho que se gripe alguna vez, el asturiano es un futbolista forrado de goles. Lo de Morientes con la selección es un idilio extraordinario: 27 tantos en 46 partidos.

Pero en España no todas las líneas están ajustadas. Hace tiempo que no se descorchan defensas. Hasta el punto de que sin los dos más solventes, Ramos y Puyol, Luis tuvo que repescar a Marchena, al que había exiliado hace meses; recurrir a Capdevila, su descarte en el Mundial de Alemania, y dar carrete a Javi Navarro, que ya ha cumplido 33 años, y a Ángel, otro novato. Un mal remiendo. Frente a los daneses, los cuatro estuvieron tan deficientes que hasta concedieron un gol llovido desde el lanzamiento de un saque de banda. Apenas iniciado el segundo acto, Gravgaard cabeceó sin muchos agobios un servicio a golpe de columna de un compañero. Una pifia considerable que hizo tiritar a España, que hasta entonces dominaba el partido con eficacia y buen gusto. Los cuatro defensas no sólo se despistaron más de la cuenta en los marcajes, sino que su repertorio con la pelota en los pies fue un espanto. Desubicados los centrales, los dos laterales no tuvieron dictado alguno en el ataque.

Para suerte de Luis, Ramos y Puyol estarán de vuelta frente a Islandia, ante la que el próximo miércoles el equipo necesitará empinar de nuevo su tránsito hacia la Eurocopa de 2008. Frente a Dinamarca se dio el primer respiro. Para suerte de España, de medio campo hacia arriba, Luis ha encontrado las pistas necesarias.