Cabo Fisterra recibe el sello 'Patrimonio Europeo' en el 50 aniversario de la UE
La puesta en valor del enclave coruñés comenzará con una campaña de señalización
Junto a la Acrópolis, la Abadía de Cluny o los astilleros de Gdansk, Cabo Fisterra es desde ayer uno de los 30 bienes culturales distinguidos con el sello Patrimonio Europeo, creado este año por la UE con motivo del 50 aniversario del Tratado de Roma. El sello, que incluye patrimonio contemporáneo e inmaterial, busca promover aquellos "monumentos, sitios o lugares de memoria que han sido testigos de la historia europea". La conselleira de Cultura, Ánxela Bugallo, anunció medidas para mejorar la conservación y la puesta en valor del área del cabo.
La ceremonia que distinguió al antiguo Promontorio Nerio como Patrimonio Europeo tuvo lugar en el Monasterio de Yuste (Cáceres). Fisterra recibió el galardón junto al propio monasterio, la Residencia de Estudiantes de Madrid y el Archivo Histórico de la Corona de Aragón, en un acto presidido por el presidente de la Junta extremeña, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, y la ministra de Cultura, Carmen Calvo.
"El hecho de estar en el grupo de los 30 elegidos es una oportunidad de atracción turística y cultural muy importante para Cabo Fisterra y la Costa da Morte", destacó la conselleira de Cultura tras la proclamación. Pese a que la distinción carece de dotación económica, Bugallo señaló que el sello "facilitará" las acciones de puesta en valor del conjunto del área del cabo. "Se está haciendo un trabajo específico de nuevas líneas de ayudas en patrimonio europeo", sugirió.
Entre las medidas inmediatas, Cultura anunció para este año la "limpieza y consolidación" del conjunto arqueológico y etnográfico de San Guillerme, que incluye los restos de la antigua capilla y de un sarcófago antropomorfo del siglo VII. También se restaurará la imagen del Santo Cristo de Fisterra, en la iglesia de Santa María das Areas (siglo XII), catalogada como Bien de Interés Cultural (BIC).
Con más premura, Cultura llevará a cabo una campaña de señalización y promoción de todo el conjunto delimitado por el sello Patrimonio Europeo. "Conservar, incrementar y divulgar la riqueza de Fisterra es para nosotros una obligación, ahora recompensada con el sello Patrimonio Europeo", dijo Bugallo, quien aseguró que el galardón contribuirá a "garantizar el futuro" de la zona, según informa Europa Press.
La categoría Patrimonio Europeo fue propuesta en abril de 2006 por los ministros de Cultura de España, Francia y Hungría en el encuentro Europa por el diálogo intercultural, e incorporada a la agenda europea un mes después. El pasado 1 de febrero, el Consejo de Patrimonio Histórico redujo a cuatro las 19 candidaturas autonómicas. Sin considerarlo una medida extraordinaria, la UE decidió que, en este primer año de Patrimonio Europeo, se concediese el sello a todas las propuestas previamente cribadas por los Estados miembros.
El área de Cabo Fisterra es un promontorio de 3.000 metros de largo por 1.500 de ancho, en una localidad de 5.000 habitantes y apenas 30 kilómetros cuadrados de superficie. En el Monte Facho alcanza su máxima altura, 242 metros. Desde allí se explica el sentido de finis terrae que le atribuyeron los romanos: el punto más occidental del imperio y de la costa atlántica. Su situación geográfica lo convirtió en una obligada referencia náutica mucho antes de la construcción en su extremo sur del faro, a mediados del siglo XIX.
Enclave histórico
Todavía hoy, Fisterra sigue siendo el destino final de algunos peregrinos. Un modo de rescatar a medias las tradiciones precristianas de aquellos viajes al fin del mundo, antes de la eclosión del culto a Santiago, aunque la afluencia de una parte de los peregrinos que van a Compostela también se vio favorecida por la construcción en 1469 de un hospital -desaparecido tras las obras del cementerio-, frente al acceso a la iglesia de Santa María das Areas.
Como enclave pagano, desde el Viaxe a Galicia del Padre Feijóo a Manuel Rivas, pasando por Cela, Fisterra aparece con profusión. El sarcófago que se intentará poner en valor ahora, en las ruinas de la Ermida de San Guillerme, fue destruido en el siglo XVII por las autoridades religiosas. De los rituales de fecundidad que allí se celebraban hay señales desde la base hasta las Pedras Santas de la cima del Monte Facho.
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