"Es indescriptible marcar un gol"

Andrés Palop (Valencia, 33 años) jamás había marcado un gol en su carrera. "Pero sí lo había soñado, porque lo había visto por televisión. '¿Qué se debe sentir?', me preguntaba", afirmó ayer el portero del Sevilla. Después de tantos años de ver desde la barrera los goles de sus equipos, el meta descubrió el jueves, frente al Shakhtar Donetsk, en la Copa de la UEFA, la sensación de lanzarse impulsivamente al ataque, rematar un saque de esquina, marcar un gol decisivo y ser sepultado por sus compañeros en la celebración. "Ahora ya sé lo que se siente. Y es increíble, es indescriptible marcar un gol. Se me acumulan muchos adjetivos para explicarlo", dijo Palop.

Casi perdida la eliminatoria, el valenciano dejó el área en el minuto 93 y recorrió el césped del Estadio Central de Donetsk para quemar el último cartucho de su equipo contra el Shakhtar. Se escondió entre los defensas, esperó el centro templado de Dani Alves, y cerró los ojos y giró ligeramente el cuello cuando vio acercarse el balón. Luego salió disparado, loco de alegría. "Con tanta gente para rematar... no me lo creía. Hice lo que veo hacer a mis compañeros en los entrenamientos. Me cayó el balón delante y no podía fallar. Fue un regalo de Dios", expresó. El meta se lanzó al césped y dedicó el gol a sus dos hijos. Sobre todo al pequeño, que ha pasado siete días enfermo en el hospital. "Le dije a Palop que le llevara a su hijo el regalo de la eliminatoria. ¡Lo que no esperaba era que lo hiciera marcando!", desveló el técnico, Juande Ramos.

"Monchi, ¿en tu informe habías puesto que es un portero con gol?", le preguntaron al técnico

Disfrazado de delantero centro, Palop mantuvo vivo al Sevilla. "Fue una locura", recuerda el director deportivo, Monchi, que vivió el tanto desde un palco del campo. "Pudimos celebrarlo porque la UEFA nos facilitó un palco para el club. Se desataron muchas emociones contenidas. Fue un partido muy especial, intenso, épico", cuenta Monchi. Después de la prórroga, bajó al vestuario y encontró a Palop vitoreado por sus compañeros. "Monchi, ¿en tu informe habías puesto que es un portero con gol?", bromearon los futbolistas con el técnico, que avaló su fichaje en 2005 desde el Valencia. "Los jugadores no se creían que pasáramos con un gol de Andrés. Creíamos que por perdonar tanto nos eliminaban", comenta Monchi.

Palop pasó a la historia como uno de los pocos porteros que marca en el área contraria. Aunque extraños, son más comunes los casos en que un meta envía un pase lejano al delantero que, tras un bote, despista al portero contrario y acaba en las redes -en mayo de 2006, por ejemplo Colombia ganó a Polonia antes del Mundial de Alemania con un tanto del meta Luis Martínez desde su área- y, sobre todo, los goles de falta de los guardametas. El récord mundial corresponde al brasileño Rogério Ceni, que con el Sao Paulo ha alcanzado los 69 goles. Tras él aparece el paraguayo Chilavert, que marcó 62 tantos entre libres directos y lanzamientos de penalti. El colombiano René Higuita presume de otra gran marca: 41, 37 de ellos de penalti.

Entre los cabeceadores, Palop emuló con su testarazo al alemán Jens Lehmann, que en 1997 marcó de cabeza en el último minuto el gol del empate del Schalke 04 ante el Borussia, el primer gol de un portero en la Bundesliga. Y al meta italiano Amelia, que en noviembre pasado concedió la igualada al Livorno contra el Partizán en la UEFA al peinar otro centro.