_
_
_
_
_
Necrológica:
Perfil
Texto con interpretación sobre una persona, que incluye declaraciones

Joseph Metcalf III, el vicealmirante estadounidense que invadió Granada

Tomó la isla en 1983, tras el golpe de Estado de Bernard Coard

La invasión de Granada, una isla de apenas 40 kilómetros de largo situada al sur de Trinidad y Tobago, se produjo durante el mandato del presidente Ronald Reagan, en plena guerra fría, cuando la obsesión del Gobierno estadounidense por derrocar cualquier atisbo de comunismo se tradujo en operaciones militares encubiertas contra gobiernos de izquierdas en países como El Salvador o Nicaragua o en invasiones directas como la de la isla de Granada.

Metcalf, asistido por el general Arnold Swarzkopf, quien siete años después lideraría la primera invasión americana de Irak, fue el encargado de dirigir la que fue bautizada como Operación Furia Urgente, una de las más controvertidas de la época. Apenas seis días después de que el vicepresidente de Granada, el estalinista Bernard Coard, apoyado por los soviéticos y supuestamente respaldado por Fidel Castro, diera un golpe de Estado, ejecutara al presidente Maurice Bishop y tomara el poder, Metcalf organizó precipitadamente el desembarco estadounidense. En apenas 39 horas el vicealmirante tenía listos a 1.800 marines, 1.600 paracaidistas, 700 rangers y varios comandos especiales que tomaron la isla en tres días y arrestaron a Coard, que aún sigue en prisión.

La decisión de Reagan fue duramente criticada. Por un lado, los motivos esgrimidos por la Administración republicana para convencer al país de la necesidad de invadir Granada fueron hinchados -al igual que ocurrió en 2003 para justificar la invasión de Irak-. Ronald Reagan aseguró que los americanos que estaban en Granada corrían serio peligro y que Fidel Castro tenía miles de efectivos allí. En la práctica el líder cubano sólo tenía en Granada a 600 hombres construyendo un aeropuerto y el millar de estadounidenses que vivían en la isla nunca fueron amenazados por los golpistas. A la polémica contribuyó la prohibición de Reagan de permitir a la prensa ser testigo de la invasión, que se saldó con la muerte de 19 estadounidenses y 45 granadinos.

Para Metcalf el éxito de la operación fue todo un logro, sobre todo cuando años más tarde el entonces secretario de Defensa Caspar W. Weinberg, admitió que la invasión se llevó a cabo sin los mapas adecuados, con graves problemas de comunicación entre las diferentes unidades "y aun así, ganamos". Tras la invasión, Metcalf fue nombrado subsecretario de gabinete para operaciones navales.

Pero el vicealmirante, que había nacido en Holyoke (Massachusetts) el 20 de diciembre de 1927, fue puesto en evidencia en 1985 cuando se descubrió que a la vuelta de Granada había intentado entrar en Estados Unidos cargado con 24 rifles soviéticos AK-47. En la aduana aseguró no saber que era un delito federal importar rifles automáticos y además no tuvo reparo en decir que se los traía como souvenir de la invasión.

Sólo recibió una advertencia sin penalización y pudo continuar con su carrera. Sin embargo, otros nueve militares de menor rango que hicieron lo mismo fueron juzgados por un tribunal militar y condenados a trabajos forzosos. El secretario de la Marina, John F. Lehman, lo justificó alegando que los condenados, al contrario que Metcalf, también habían intentado vender las armas.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_