Un reportaje de Cuatro viaja al origen de los terroristas suicidas de Leganés
Jon Sistiaga conduce esta noche en la cadena privada '11-M. Retrato de los asesinos'
Ahmed Oulad no reniega de sus hijos Rachid y Mohamed, pero tiene claro que "el que asesina es un asesino". Ahmed Asrhi, padre de Rifad, va más allá: "No tengo hijo", dice. Rahjma, madre de Jamal Ahmidan, El Chino, cree, por el contrario, que éste también es una "víctima". Las familias de tres de los terroristas que se suicidaron el 3 de abril de 2004 en un piso de Leganés (Madrid) conducen gran parte del reportaje 11-M. Retrato de los asesinos, que Cuatro ha programado para esta noche (0.25).
Jon Sistiaga encabeza el equipo de la cadena privada que ha viajado hasta la barriada de Jemma Mazuak en Tetuán (Marruecos), de la que salieron los terroristas que cometieron la masacre del 11 de marzo de 2004 en Madrid, que causó 192 muertos. Una barriada que se ha convertido, fruto del explosivo cóctel de paro, pobreza y analfabetismo, en puerto de salida de kamikazes integristas.
¿Cómo se impide que jóvenes sin formación ni incentivos se sientan atraídos por la retórica de los fundamentalistas? "Dándoles oportunidades y perspectivas de futuro", responde Sistiaga. Que sepan que el mundo está "más allá de su barrio". "Marruecos ha tardado en darse cuenta de que estaba criando un monstruo", opina el reportero, una situación a la que el atentado de Casablanca -que dejó 41 muertos en mayo de 2003- dio un vuelco. Desde entonces, a juicio de Sistiaga, la colaboración entre España y Marruecos para librarse de esta lacra es "absoluta".
También quieren quitarse este estigma los vecinos de Tetuán que hablan a la cámara. "Es una mala propaganda" para el país, reconoce un anciano. "La mayoría rechazamos" lo que pasó, añade un imán, en referencia a la matanza de Madrid. Marruecos está "lleno de buena gente que no entiende que se exporten yihadistas", completa Sistiaga. Una población "avergonzada de lo que hacen unos pocos islamistas".
El contrapunto dogmático lo pone Ben Alí, imán de la mezquita de Tetuán donde rezaban cinco de los suicidas de Leganés. Ben Alí amenaza a los reporteros -"te estás buscando la ruina", "aquí va a correr la sangre, maldito cristiano"- cuando le abordan para recoger su testimonio. De su discurso se deduce el mensaje de rencor y venganza que defienden los jóvenes que le escuchan.
Abderrahim Moutad, portavoz de los casi mil presos islamistas en Marruecos, es otra de las voces que completan este viaje al origen de los autores del 11-M que Cuatro emite en el tercer aniversario de la matanza. Moutad argumenta en el reportaje que "el salafismo no es terrorismo. Lo nuestro es islam puro, de paz y concordia, lo otro son actos criminales".
Actos que llevan a un padre como Ahmed Asrhi a "querer borrar su pasado", explica Sistiaga. "Ha criado un monstruo".
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