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Crónica:Fútbol | Liga de Campeones: vuelta de los octavos de final
Crónica
Texto informativo con interpretación

"Es difícil vencer en este ambiente"

Rijkaard elogia al Liverpool, y los hinchas de los 'reds' despiden a los azulgrana al grito de "¡Barça!"

Los jugadores del Barça pasaron ayer por vez primera a las 19.11 bajo el cartel que mandó colgar Bill Shankly, un cuadro en el que pudieron leer: This is Anfield. Con Víctor Valdés encabezando la fila, titulares y suplentes subieron los 14 escalones que llevan hasta el terreno de juego y, al pisar el césped del estadio más emblemático de Inglaterra, descubrieron que, evidentemente, eso era Anfield. Y lo volvieron a confirmar tres horas después cuando se despedían de la Champions y del sueño de conservar la corona europea. Anfield volvió a ser una fiesta del fútbol en el césped y la grada hasta el punto de que los hinchas reds despidieron a los azulgrana con gritos de "¡Barça, Barça!".

Los 1.600 aficionados llegados desde Barcelona respondieron al emotivo gesto con gritos de "¡Liverpool, Liverpool!". Fue una fiesta del fútbol y de la deportividad. El único consuelo que le quedó al Barça. "Para cualquier espectador neutral ha sido un partido muy atractivo", acertó a decir Frank Rijkaard, el técnico azulgrana, afectado por la derrota. Apesadumbrado, el holandés reconoció que el Liverpool había jugado a gran nivel. Incluso, a regañadientes y casi cuchicheando, admitió que el Barça se vio desbordado: "El equipo ha dado la cara y se ha dejado en el campo todo hasta el final. Es díficil vencer en este ambiente. Hay que felicitar al Liverpool. Ha jugado muy fuerte, directo, con la mentalidad adecuada".

A la defensiva, Rijkaard también quiso enaltecer el trabajo del Barça, como recordando la dificultad que entraña ganar en un estadio que en este curso sólo ha visto dos derrotas: ante el Arsenal (Copa de la Liga inglesa) y el Manchester United (Premier League). "Quizá hemos ganado con un poco de suerte. Pero durante varias fases hemos manejado la pelota. El problema es que para llegar a su portería tenía que funcionar todo en el equipo. El Liverpool ha jugado muy organizado", convino con resignación Rijkaard. Y entonces cambió de registro. Quizá quiso espolear a sus jugadores con la intención de que no repitan el bajón que sufrieron tras perder el Mundialito en Japón: "No es el momento para hablar de esto. Hay que aceptar la derrota y pensar que hemos sido capaces de ganar en Anfield".

Ronaldinho no olvidará fácilmente lo últimos cuatro días. En Sevilla falló un penalti y ayer, en su única acción de mérito, estrelló el balón en un poste. "Infelizmente, no ha sido lo que esperábamos. Pero hay que levantar la cabeza porque no tenemos tiempo para estar tristes. El Liverpool ha jugado muy bien tácticamente". Cabizbajo, Deco, el centrocampista portugués, se contradijo: "No creo que esta derrota nos afecte porque tenemos la responsabilidad de ganar la Liga. Pero estamos tocados porque era una eliminatoria que podíamos ganar. La tiramos en casa".

Gudjohnsen, nada querido en Anfield por su pasado en el Chelsea, no marcaba desde diciembre, cuando atinó ante el Werder Bremen. Su gol fue un triste consuelo. "Siempre es especial jugar aquí, pero para mí no porque quería pasar la eliminatoria y hemos perdido. Los goles dan confianza, pero no estoy feliz. Era muy difícil darle la vuelta a la eliminatoria porque la perdimos en el Camp Nou. Ya hemos hecho bastante con ganar en un campo tan difícil", dijo el islandés. Iniesta secundó esa teoría: "El Liverpool es un equipo muy organizado y fuerte que nos ha complicado todo mucho y no nos ha dejado jugar". Y en las antípodas se situó Messi: "Lo hemos intentado, pero no se ha logrado. Ellos se plantaron muy bien atrás y, con un juego feo y sucio, nos ganaron".

Anfield pesó. El Barça creyó en el milagro y especialmente los 1.600 seguidores que viajaron a Inglaterra y que tuvieron un comportamiento ejemplar. Muchos acudieron a mostrar sus respetos al Memorial por las 96 víctimas de Hillsborough, donde no se vio a nadie de la delegación oficial del Barça, aunque es una tradición que cumplen los equipos rivales. Cuando se escuchó la primera estrofa del You'll never walk alone, el himno del Liverpool, los seguidores del Barça se emocionaron al igual que cuando acabó el partido y los reds les animaron. También necesita el Barça no caminar solo. Ha perdido la Supercopa de Europa, el Mundialito de clubes y la Champions. El sábado recibirá al Madrid.

Valdés, a la izquierda, se despide de los seguidores del Barça junto a Ronaldinho y Rijkaard, que abraza a Iniesta.
Valdés, a la izquierda, se despide de los seguidores del Barça junto a Ronaldinho y Rijkaard, que abraza a Iniesta.REUTERS

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