_
_
_
_
Reportaje:

Sáhara 'blues'

Siete ex guerrilleros tuaregs interpretan el rock del desierto

Mábel Galaz

Nada de suburbios de Londres, ni de campus californianos o clubes de música hip-hop. El rock de protesta puede nacer incluso en medio del desierto. Esto, por lo menos, es lo que enseñan siete ex guerrilleros tuaregs del sur del Sáhara llamados Tinariwen, que significa "espacios vacíos" en lengua tamashek.

Reconvertidos en músicos, y tras cambiar los rifles por guitarras eléctricas, presentan ahora su tercer disco. Aman Iman: Water is life (Universal) saldrá a la venta en marzo y les llevará, a partir de abril, de gira por media Europa (las fechas de España aún están por confirmar). Lejos de los enfrentamientos con el Ejército de Malí y con una misión: difundir la cultura y las reivindicaciones de los "olvidados de Dios" del desierto con letras apocalípticas y acordes blues-rock.

Todo empezó en 1979. Centenares de parias vagabundeaban por Tamanrasset, asentamiento de caravanas situado en el sur de Argelia. Por las noches, algunos jóvenes se juntaban para tocar unas guitarras improvisadas con latas e hilo de pescar. Ellos se llamaban Ibrahim Ag Alhabib, apodado Abaraybone, Hassan Touhami e Inteyeden Ag Ableline y se convirtieron en el germen de la banda. Más tarde, la severa sequía que azotó el Magreb a principios de los ochenta condujo a los nómadas tuaregs hasta los campos libios de refugiados: una verdadera escuela de guerrilla, aunque para Tinariwen fue casi como ir a unas clases del conservatorio.

Allí conocieron a otros músicos y, sobre todo, escucharon por primera vez las canciones de Bob Marley, los acordes de Jimi Hendrix y de la generación de Woodstock. Y fue allí donde se formaron como grupo y empezaron una década de clandestinidad, recorriendo los campamentos nómadas de Argelia, norte de Malí y Sáhara Occidental.

En 1999 volvieron a Bamako. En la capital de Malí se dieron a conocer y las discográficas se fijaron en ellos. Aman Iman: Water is life se grabó en 10 días bajo la supervisión del productor británico Justin Adams. El resultado, 12 canciones de amor y lucha, baladas de amor y cantos a su tierra. "La música de Tinariwen transmite lo esencial, no necesita nada más", escribió The New York Times. Y es que ahora sólo necesitan unas guitarras. Para tocar blues y rock del desierto.

Los componentes de Tinariwen.
Los componentes de Tinariwen.ERIC MÜLLER

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Mábel Galaz
Fue la primera mujer en pertenecer a la sección de Deportes de EL PAÍS. Luego hizo información de Madrid y Cultura. Impulsó la creación de las páginas de Gente y Estilo. Ha colaborado con varias cadenas de televisión y con la Cadena Ser. Ahora escribe en El País Semanal.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_