Un hiperactivo Silva se doctora en San Siro
El jugador del Valencia se consagra como la revelación española de la temporada
Hiperactivo en San Siro, Silva, de 21 años, se consagró con una gran volea como la revelación española del curso. Así lo siente su entrenador, Quique Flores, que lo considera su ojito derecho. "Silva aporta mucho. Sin ser un extremo, sabe atacar y defender. Y como media punta, nos hace jugar mejor". En las dos posiciones actuó ante el Inter en Milán (2-2), y muy bien. Fue quien más jugadas finalizó y soportó la estopa del Inter, especialmente de Maicon. Superado eso, salió de San Siro con todos los galones.
"No se pone nunca nervioso. Pese a que mide 1,70, va al choque. Su cuerpo engaña: es duro", explica su padre, Fernando, satisfecho de su hijo, que ya acumula 41 partidos eeste curso. Y ha eliminado las reticencias de quienes tendían a achacarle cierta banalidad en su juego. Se equivocaron: es tan estético como efectivo. Y no le falta personalidad. Cuando llegó al Valencia tras dos años cedido al Eibar y al Celta, le pidió a Quique llevar el dorsal de Aimar: el 21, al que admiraba. Tiene gol, aunque ha habido meses en los que se le resistía. "Estaba un poco trabado. Me dijo: 'Pa, no le meto un gol a nadie", indica su progenitor. Todo cambió el pasado domingo. Su gol ante el Barça le ha abierto las puertas del cielo. Suma dos en en la Liga, uno en la Copa y otro en la Champions.
En el descanso del partido en San Siro, Quique se encaró con Materazzi, que le había soltado un codazo a Morientes. El técnico valencianista se lo recriminó, aunque no pudo evitar asustarse ante la envergadura de Matrix, que acusó a los españoles de "cuentistas".
Tras el partido, Ayala recibió un mensaje de su mujer en su teléfono móvil: las paredes de un chalé cercano a la casa familiar habían sido agredidas por pintadas contra el central argentino, cuya hija pequeña se puso a llorar al ver los insultos. Le acusan de traidor tras anunciar su marcha al Villarreal la próxima temporada, pese a su voluntad de haber seguido jugando en Mestalla. Aunque carezca de pruebas, Ayala sospecha que los ataques están instigados desde el club.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.