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Crónica:LA CRÓNICA | NACIONAL
Crónica
Texto informativo con interpretación

Municipales con doble lectura

El PP busca en las urnas de mayo recuperar la imagen de alternativa

Soledad Gallego-Díaz

Toda la maquinaria del Partido Popular se enfoca en estos momentos hacia las elecciones autonómicas y municipales del próximo mes de mayo. Los dirigentes del PP las contemplan como una especie de termómetro capaz de indicar realmente en qué momento están. Si los resultados fueran buenos, aseguran, darían un fuerte impulso a la organización, no sólo por la mejora implícita del mapa del poder territorial, a lo que realmente no se concede demasiada importancia, sino, sobre todo, porque permitiría "pasar" el mensaje de la alternativa posible.

"Necesitamos que se empiece a percibir que podemos ganar las elecciones generales, algo que hasta ahora no hemos logrado. Ése es el paso fundamental, dejar de ser sólo la oposición y que se crea que somos una alternativa real. Y eso pueden proporcionárnoslo las elecciones municipales y autonómicas. Por eso le atribuimos tanta importancia", explica un dirigente popular.

No hay sorpresa por parte de ningún partido, aseguran en el PP. El fondo del debate, en municipales como en generales, será la lucha antiterrorista

Los expertos electorales del PP siempre han atribuido un significado especial al resultado de la pregunta "¿quién cree usted que va a ganar las elecciones?", sobre todo cuando se acercan las fechas de las confrontaciones generales. Las últimas encuestas daban al PSOE y a José Luis Rodríguez Zapatero por encima del PP y de Mariano Rajoy, y los expertos del PP creen que las elecciones de mayo son la mejor ocasión para intentar limar esas disparidades. Si no se consiguiera, los efectos desmoralizadores serían grandes, pero si se logra, tendría unos efectos euforizantes enormes, calculan.

Sea como sea, las elecciones de mayo tendrán en el PP una lectura poselectoral compleja para el liderazgo de Rajoy. El presidente del PP ha terminado por consolidar en el partido su propio proyecto. "Mucho Rajoy, nada más que Rajoy", es el lema interno que pregonan con ánimo los dirigentes populares. Casi todo el mundo acepta que los perfiles de Eduardo Zaplana y de Ángel Acebes están más difuminados que nunca y que es Rajoy quien decide el ritmo del partido: es él quien marca los "picos" agresivos y los pequeños valles "moderados". Para los militantes del PP no existen muchas dudas, lo que, por otra parte, le coloca continuamente en el ojo del huracán de aquí a las elecciones.

Rajoy será el responsable directo de lo que suceda en las elecciones de mayo: ya no cabe atribuir los resultados a otros condicionantes, como sucedió en las elecciones catalanas o vascas. "Es cierto que éstas son unas elecciones municipales y autonómicas, en las que normalmente juegan otros factores de cercanía, pero por las circunstancias particulares de esta legislatura, quien está ahora en primera línea es el propio Rajoy", reconoce un importante dirigente del partido. Las elecciones municipales, aseguran, serán las más atractivas o mediáticas, con la pelea de Madrid, Valencia, Valladolid o Sevilla, pero las autonómicas tienen esta vez un toque especial: no se presentan dos de los barones "imbatibles" del PSOE, Juan Carlos Rodríguez Ibarra (en Extremadura) y José Bono (en Castilla-La Mancha). Formalmente se abre una oportunidad para el Partido Popular, pero tiene un doble filo, porque tendrá que justificarse ante sus electores si tampoco así es capaz de ganar las plazas. Por el momento, las encuestas lo consideran improbable.

Tema único

Lo que no parece que vaya a cambiar es el fondo del debate. El presidente del PP y toda su plana mayor están convencidos de que no hay ni habrá otro tema, tanto para las municipales como para las generales, que el relacionado con la lucha antiterrorista. No hay capacidad de sorpresa, reconocen algunos de sus dirigentes, pero, añaden, tampoco existe en el PSOE. Ninguno de los dos juega en otro campo. Por parte del PP, parece claro que esta forma de hacer oposición forma parte de la legislatura entera y que ya ha sido asumido por todo el partido.

El PP está convencido de que de aquí a mayo se abrirán dos nuevos frentes de batalla: la situación penitenciaria del etarra De Juana Chaos y las listas "blancas" que Batasuna pretenda presentar como izquierda abertzale en los municipios del País Vasco. En los dos casos, afirma sin empacho un dirigente nacional, el mayor gasto corre por cuenta del Gobierno, que tiene que explicar qué es lo que hace. Al PP, señala, le basta con pedir esas explicaciones y con presentarse como una roca inflexible. ¿No les hará perder eso bastante voto en el País Vasco? Los dirigentes del PP parecen ya dar por descontada una fuerte bajada en todo Euskadi, incluidas Álava en general y Vitoria en particular.

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