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Reportaje:

¿Quién paga tantas promesas?

La financiación de los compromisos electorales se convierte en el eje de la campaña francesa tras la presentación del programa de Royal

La carrera electoral francesa ha entrado en su parte central. El día después de que Ségolène Royal presentara su esperado programa, las 100 propuestas de su "pacto presidencial", la sensación de alivio era patente en las filas socialistas, mientras que en el campo del candidato conservador Nicolas Sarkozy se tomaba nota de que la partida está lejos de terminar. Para los demás aspirantes al palacio del Elíseo quedaba la sensación de que el claro enfrentamiento derecha-izquierda va a dejar muy poco espacio para la sorpresa.

Las grandes promesas ya están sobre la mesa, pero a partir de ahora los candidatos deben entrar en los detalles. Y esto es lo que sucedió ayer. Las primeras críticas llegadas del campo de la Unión por un Movimiento Popular (UMP) pusieron en evidencia el problema de fondo al que se enfrentan quienes quieren sacar a Francia de la crisis, sea por la vía de aumentar las prestaciones del Estado o por la de reducir las cargas fiscales. La deuda del Estado francés supera el billón de euros y los intereses se llevan íntegramente el impuesto sobre la renta de las personas físicas. ¿De dónde saldrá el dinero para financiar las promesas electorales?

El entorno de Sarkozy ha comprendido que la partida está lejos de terminar

No había acabado de pronunciar Royal su discurso el domingo, cuando desde el Gobierno ya se disparaba contra su programa. El ministro de Economía, Thierry Breton, se apresuró a dejar sentado que era "imposible financiar" los nuevos "servicios y empleos públicos" propuestos por la candidata socialista, y el primer ministro Dominique de Villepin denunció la vuelta a la "irresponsabilidad" en el gasto público. Un diputado centrista calculó entre 80.000 y 110.000 millones de euros el coste de las propuestas de Royal.

Pero, como se encargó de recordar el portavoz del Partido Socialista, Julien Dray, calculado globalmente, sólo el coste de las promesas de Sarkozy en torno a la fiscalidad -bajada de los impuestos, supresión de las tasas sucesorias y exoneración de cargas sociales-, podría superar los 70.000 millones. A lo que habría que añadir algunas medidas que comparte con Royal, como la construcción de viviendas sociales.

Dray prometió que el coste del programa se hará público en las próximas semanas, aseguró que todo lo propuesto será financiado "sin aumentar los impuestos" -excepción hecha de la revisión de las exoneraciones de cargas fiscales decididas por la derecha- y recordó que la propia Royal ya había apuntado algunos de los mecanismos para conseguir fondos, concretamente: "acabar con el despilfarro", "controlar el gasto público y reorganizarlo", además de confiar en la reactivación del crecimiento económico. Signo de cómo ha cambiado el estado de ánimo en la casa socialista, Dray también contraatacó: "No tenemos cuentas que rendir a la derecha ni lecciones que recibir de ella", dijo, al tiempo que pedía al candidato conservador que hiciera también públicos sus números. Pero el campo de Sarkozy no se pronuncia sobre la financiación, que estima será posible gracias al crecimiento económico que generará el desahogo fiscal.

El Gabinete de Estudios del Bank of America hizo pública ayer una nota en la que señalaba que los dos candidatos parecen compartir una opinión muy enraizada: "Un presupuesto equilibrado es algo que no existe, al menos en periodo electoral".

Sarkozy viajó a Berlín para hablar con la canciller alemana Angela Merkel sobre la parálisis de la UE. Royal visitó una escuela y prepara su mitin de hoy en Dunkerque, en el que debe ampliar su programa sobre educación. El aparato del PS, por otra parte, se ha puesto finalmente en marcha. Las querellas de los últimos meses quedan atrás. Ejemplo de ello es la iniciativa de la ex ministra Martine Aubry, una de las principales críticas de Royal durante la campaña interna socialista, que ahora encabeza el programa 70 días y 70 mujeres por Ségolène Royal, que formará parte de la campaña.

Simpatizantes socialistas levantan una bandera con la cara de Royal el domingo en un mitin a las afueras de París.
Simpatizantes socialistas levantan una bandera con la cara de Royal el domingo en un mitin a las afueras de París.AP

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