_
_
_
_
_
Reportaje:Fútbol | Jóvenes promesas

En el nido del Chelsea

Un día en la vida de Sergio Tejera, de 16 años, una de las principales promesas del club inglés

El joven barcelonés Sergio Tejera, de 16 años, llega puntual a la cita. Son las ocho menos cuarto de la mañana y los hilos del sol no calientan la helada campiña de Cobham, un suburbio elegante de Londres. En estas praderas, el magnate ruso Roman Abramovich invirtió 30 millones en transformar los jardines del King's College London en un moderno complejo deportivo para su Chelsea. Gran parte de la tradicional institución, fundada en el siglo XVIII, es ahora el centro de entrenamiento y formación de todos los jugadores del equipo. Tejera pertenece a esta pequeña élite de futbolistas y una de sus principales promesas. El Chelsea se lo arrebató a los cadetes del Espanyol, en el verano pasado, pagando una prima de 250.000 euros por su formación, y ofreciendo una beca al canterano, superior al sueldo de muchos jugadores de la primera plantilla del Espanyol.

Recibe una beca superior al sueldo de muchos jugadores del Espanyol, su club de procedencia

La primera diferencia que Tejera encontró entre el fútbol inglés y español es que en el Chelsea se vive el equipo dentro y fuera del campo. Todos los días desayuna, come y cena con sus compañeros, de nueve nacionalidades. Es una costumbre en todas las categorías. Tejera se sienta al lado de astros del primer equipo, como Drogba.

El hermetismo y las extremas medidas de seguridad impiden que el público conozca facetas más simpáticas del Chelsea. José Mourinho, conocido por su actitud arrogante ante la prensa, es afable y cuidadoso al detalle con sus jugadores. El entrenador portugués estuvo siempre pendiente de la recuperación de Tejera, cuando el jugador sufrió una lesión de rodilla al principio de la temporada. Abramovich suele charlar y compartir mesa y mantel con sus pupilos. En sus primeros días, Sergio tuvo al danés Frank Arnesen, director de la cantera del club, de traductor. Arnesen, ex jugador del Valencia, decidió contratarle después de verle, con tan solo 15 años, tumbar al Barça en el Miniestadi, liderando a los cadetes del Espanyol.

El equipo toma un lujoso autobús en dirección al este de Londres, donde juega contra el West Ham.El partido es muy rudo. Sergio mueve muy rápido el equipo. En sus primeros encuentros intentó jugar de igual manera que en el Espanyol, conduciendo el balón, pero acabó lesionado por culpa de una patada. Descubrió que el fútbol inglés no permite florituras.

El partido acaba con derrota y el entrenador holandés Ruud Kaiser reúne a Tejera y sus compañeros en el centro del campo. No importa el resultado. Kaiser escucha a todos y después, sin broncas y con un tono académico, repasa los errores y aciertos. Después, Tejera es el primero en ayudar a cargar el equipaje en el autobús. De vuelta a Cobham, es hora de la tarea más difícil para muchos jugadores. Tras cada partido y entrenamiento, el equipo se reúne alrededor de una gran mesa, y con papel y bolígrafo en mano, cada jugador tiene que describir, en inglés, las actividades realizadas y un análisis del rendimiento personal y del equipo. Cuando lo terminan, lo entregan a la comisión técnica del club para que lo evalúen y devuelvan a los jugadores con las observaciones pertinentes. Tejera cena y se marcha a dormir a su nueva casa, una pensión familiar contratada por el Chelsea. Dos días después marac el gol de la victoria de los Reserves contra China.

Tejera, junto al autobús del equipo.
Tejera, junto al autobús del equipo.N. F.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_