Federico va a la montaña

"Si la montaña no va a Mahoma, Mahoma irá a la montaña", reza uno de los refranes populares más aceptados en España. Visto lo visto, también en Argentina. Federico San Millán, un crío de 13 años, ha seguido la máxima al pie de la letra. A punto de concluir su mes de vacaciones -en su tierra es verano- el zagal lleva tres semanas entrenándose con los cachorros del Getafe. "La idea es revertir la situación, darle notoriedad ahora, ir a los equipos en vez de esperar a que le fiche, con 16 o 17 años, un club europeo o de allá", confía su agente, Julio Vega.

Tanto Vega como Cristian, el padre de Federico, niegan la explotación del muchacho, un punta derecho con desparpajo que suple su falta de músculos con una técnica que apunta maneras. "Federico promete pero no sabemos qué ocurrirá, si será o no una estrella. Depende de muchísimos factores, pero jamás descuidaremos su educación", zanjan.

Lo novedoso del caso es la estrategia seguida para promocionar a Federico, que pretende la nacionalidad española, la de su bisabuelo de Moreda de Álava. "¡Imagináte que tienes a un proyecto de Saviola en sus filas con 13 años, no cuatro años más tarde!", venden los suramericanos el género. San Millán, ajeno a la conversación, se faja con cierto éxito con un enjambre de niños que le sacan una cabeza. "Necesita desarrollarse, es de crecimiento retardado; luego medirá en torno 1,75 metros", refieren sus protectores.

El mozo, con una melenita que recuerda a la de Fernando Redondo, siente devoción por Agüero. "¡Le veía en los campos de entrenamiento en Independiente...", dice San Millán mientras muestra una camiseta, firmada por el Kun, con la que se ejercita en la ciudad deportiva del Getafe. En sus tres temporadas en Primera, ningún canterano ha debutado todavía con el club madrileño.

"En diciembre regresaremos y, si llegamos a un acuerdo, se desarrollará en el Getafe", sentencia Vega. "Si el acuerdo nos convence", deja abierto.