"El nuevo marco educativo es una oportunidad"

El Instituto de Empresa (IE), una de las grandes escuelas de negocios españolas, habitual en las listas que clasifican a las mejores del mundo, ha adquirido la Universidad SEK de Segovia por una cantidad que no se ha hecho pública. El presidente del consejo de dirección de esta universidad, que en la actualidad tiene 1.400 alumnos y 220 profesores y ofrece ocho titulaciones, es Rafael Puyol (1945), ex rector de la Universidad Complutense de Madrid.

Pregunta. ¿Qué gana el IE adquiriendo una universidad?

Respuesta. Poder desarrollar nuevos productos, de posgrado y grado, en el marco de la nueva situación definida por la Declaración de Bolonia. Bolonia no es sólo un cambio en la estructura de los estudios. Es la apuesta por algunos rasgos que las escuelas de negocio, y ésta muy en particular, ya venían desarrollando: internacionalización, calidad, transmitir no sólo contenidos sino destrezas, capacidades, actitudes... Es una apuesta por la movilidad y por desarrollar muchas más conexiones con el mundo exterior a la universidad, institucional y empresarial.

"No creo que la compra de la SEK perjudique al IE frente a las otras grandes escuelas. Ahora nos situamos en un plano de igualdad"

P. ¿Sin Bolonia, el IE se hubiera planteado este paso?

R. Llevaba tiempo haciéndolo. Eso sí, queremos incorporarnos al mundo universitario con las mismas características de nuestros productos de posgrado: grados muy internacionales, con características muy singulares, desarrollados en otras lenguas, online, para alumnos que en un porcentaje muy alto sean internacionales... Es una oportunidad, no una necesidad ni una reacción frente a la existencia de un nuevo marco educativo.

P. ¿Por qué eligieron la SEK?

R. Porque forma parte de una institución internacional y porque es pequeña, consolidada y susceptible de un nuevo desarrollo a través de materias que entroncan con las que tradicionalmente desarrolla el IE y que ellos no tienen. Tenemos un terreno muy expedito.

P. ¿Estudiaron otras opciones?

R. Tuvimos conversaciones con universidades españolas e incluso con alguna extranjera.

P. ¿Cuánto cuesta la SEK?

R. Tenemos una cláusula de confidencialidad.

P. El IE compra un 80% de la SEK, ¿por qué no el 100%?

R. Porque la SEK quería permanecer.

P. ¿Qué lastre puede suponer para una escuela rentable y de gran crecimiento como el IE este proceso?

R. Vamos a mejorar la oferta de titulaciones y a dotarla de más recursos. Hemos solicitado la acreditación de nuevos posgrados, con sus masters y especialidades, que están siendo evaluados por la Junta de Castilla y León y esperamos que puedan empezar el próximo curso.

P. ¿Cuántos serían?

R. Hay dos grandes programas previstos, y en torno a ellos, unos diez masters, algunos con especialidades. El tercer escalón en ese proceso sería la definición de un catálogo de grado, que tardará unos dos o tres años. No está definido, pero es muy probable que esos nuevos grados se soliciten en aquellos ámbitos en que tradicionalmente desarrolla su actividad el IE.

P. ¿No sería hacerse la competencia a sí mismos?

R. Los masters serán los que ofrece el IE, pero con una nueva condición: serán de carácter oficial. Se va a establecer una estrechísima colaboración entre la universidad y el IE para desarrollar esos masters. La universidad no podría hacerlos sola.

P. ¿Cómo se financiará?

R. Con las matrículas de los alumnos. Las universidades privadas y las escuelas de negocios no tienen subvenciones, a lo sumo alianzas con instituciones y empresas en determinados momentos.

P. Entonces, ¿los precios serán similares a los del IE?

R. No hemos hablado de precios, pero deberán permitir la rentabilidad de cada programa. Si no fuese así no los podríamos ofrecer.

P. En un mundo tan competitivo como el de las escuelas, ¿este movimiento no puede perjudicar al IE ante sus grandes competidores?

R. No creo. Ahora nos situamos en un plano de igualdad. Sólo triunfarán aquellas instituciones capaces de ofrecer sus productos con algún tipo de singularidad y, sobre todo, con gran calidad. Bolonia ofrece un nuevo marco competitivo y el IE quiere estar ahí. No le asusta la competencia.