Las mujeres de Elfriede Jelinek
La Nobel austriaca se estrena teatralmente en España con tres obras inspiradas en las figuras de Jackie Kennedy, Clara Schumann, Sylvia Plath e Ingeborg Bachmann.
Arrabal y Domingo Miras dramatizaron la historia de Aurora Rodríguez, gallega que de su hija Hildegart hizo una niña superdotada, y acabó asesinándola. Olga Jelinek también se empeñó en que su hija Elfriede fuese un genio, y lo consiguió. La hoy premio Nobel proyecta su tortuosa relación familiar en Clara S., tragedia musical donde plantea un encuentro anacrónico entre Robert Schumann, su esposa y Gabriele D'Annunzio.
Clara Schumann está obsesionada con que su hija Marie sea una artista excepcional. La tiene soldada al piano: "Marie son unas manos de las que cuelga un cuerpo", dice. Con cinco años, apenas sabe hablar, pero tiene un oído afilado como una navaja. Schumann, cada vez más loco y egoísta, es el hombre castrador del genio femenino, y D'Annunzio, emprendedor y sexualmente irrefrenable, la otra cara del macho dominante.
En esta obra de 1982, que acaba de abrir en Madrid el Ciclo Autor dedicado a Elfriede Jelinek, ya palpitan las constantes de su teatro ulterior: redefinición de la condición femenina, intertextualidad, omnisciencia, uso irónico de símbolos de identidad nacionales... Sin que se advierta el collage, la autora inserta en Clara S. fragmentos de diarios de Clara Schumann y de correspondencia entre D'Annunzio y Tamara de Lempicka. El teatro de Elfriede Jelinek tiene un ruido de fondo perenne, pero en lo formal atraviesa etapas muy marcadas.
En la última, a la que perte
nece La muerte y la doncella V/La pared, que cierra el Ciclo Autor, las tiradas de texto carecen de encabezamiento: Vicente León, director del montaje y del ciclo, debe adivinar si corresponden a Sylvia o a Inge, personajes inspirados en las poetas suicidas Sylvia Plath e Ingeborg Bachmann. También puede optar por repartirlas entre más de dos intérpretes, como apunta la autora en sus acotaciones. En Bambiland y Babel (Destino, 2006), que son las únicas piezas teatrales suyas que han sido publicadas en España, Jelinek se zambulle en la guerra de Irak, en un lenguaje tomado de Los Persas, de Esquilo, en otra a través de la mirada de personajes reales, como la soldado England, torturadora en Abu Ghraib.
El primero de estos dos títulos alude a una réplica de Disneylandia que regentaba el hijo de Milosevic. Las guerras televisadas y el deporte de masas son para la laureada escritora austriaca grandes parques temáticos o resorts virtuales con que se mantiene a la población adormecida: en Un drama deportivo equipara el deporte de competición con la guerra y asigna a atletas y héroes idéntico papel alienante.
La pared comienza con el
despedazamiento de un carnero a manos de Sylvia e Inge que hablan como heroínas trágicas, vierten la sangre en sendos tupperwares e inician una escalada sin retorno. Elfriede Jelinek se ha inspirado en El muro, la novela homónima de Marlen Haushofer, cuyos temas hace suyos: la condición femenina en un mundo masculino, la soledad, la relación con la naturaleza...
La muerte y la doncella IV/Jackie, que completa el Ciclo Autor y que significa el debú de la Elfriede Jelinek dramaturga en nuestros escenarios, es un monólogo donde Jackie Kennedy pasa revista póstuma a su vida. Se considera a sí misma icono y mujer objeto: "Soy mi ropa", dice. Esta producción del Burgtheater de Viena está interpretada por Petra Morzé y dirigida por Daniela Kranz.
Ciclo Autor. Madrid. Teatro Pradillo. Pradillo, 12. Hasta el 18 de febrero.
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