'Anatomía de Grey' regresa a Cuatro con un paseo por el hospital Seattle Grace

El hospital Seattle Grace abre hoy sus puertas a Cuatro. Allí trabajan, se enamoran, sufren, se traicionan y reconcilian los protagonistas de Anatomía de Grey, la mejor serie dramática según los últimos Globos de Oro. Cuatro emite un especial (23.55), conducido por Raquel Sánchez Silva, en el que Joe, el camarero del bar donde cirujanos y residentes se reúnen después de las guardias, repasa algunas de las tramas de los capítulos ya estrenados por la cadena. Tras la emisión (mañana, 22.30) de los dos últimos episodios de la segunda temporada, la cadena estrena el jueves la tercera (22.00).

¿House o Anatomía de Grey?, pregunta Cuatro a los internautas a través de la web de la cadena. Pero, ¿para qué elegir? Los martes (22.00), Gregory House desconcierta a los espectadores con sus comentarios sarcásticos y mordaces, una reinterpretación del malencarado doctor Romano de Urgencias. Los casos médicos sorprenden al propio equipo médico. Y los diagnósticos son fruto tanto de conocimientos científicos como deductivos. "Es el reflejo de todo aquello que pensamos y no somos capaces de decir", opina un espectador en el blog de Cuatro. "Es el antihéroe que todos estábamos esperando", dice otro. Y lo interpreta el magnífico Hugh Laurie, que ya tiene dos Globos de Oro por este papel. Sólo un pero: no tiene corazón.

Todo lo que sobra en Anatomía de Grey. Sí, los mejores cirujanos del país salvan vidas, aunque alguna se les escapa, los médicos residentes aprenden y se equivocan a partes iguales... Es un drama médico, pero fundamentalmente es un culebrón, en el que la plantilla del hospital es una constante combinación y permutación de elementos tomados de dos en dos. Con un guión que ajusta al milímetro el salto entre la risa y el llanto, lo sorprendente y lo inesperado, lo personal con lo profesional. Un trabajo por el que Anatomía de Grey se llevó el último Globo de Oro a la mejor serie dramática.

La historia arrancó cuando Meredith Grey (Ellen Pompeo) despierta junto a un desconocido el día que empieza sus prácticas en el Seattle Grace, el hospital donde ejerció su madre, hoy enferma de Alzheimer. Como no podía ser de otra manera, ese hombre es Derek Shepherd (Patrick Dempsey), el neurocirujano más reputado del centro, y junto al que vivirá un amor de ida y vuelta, ida y vuelta... Porque aparece la esposa, Addison Shepherd (Kate Walsh), de la que se separó porque le era infiel con su mejor amigo, Marc Sloan (Eric Dane), que sigue sus pasos desde Nueva York hasta Seattle y también se incorpora al cuadro médico como cirujano estético.

Sólo estos cuatro personajes ya dan pie a un número casi infinito de tramas. Pero hay otra línea argumental, la de los estudiantes de medicina de la promoción de Meredith: Cristina Yang (Sandra Oh, Globo de Oro 2006 a la mejor secundaria), George O'Malley (T. K. Knight), Alex Karev (Justin Chambers) e Izzie Stevens (Katherine Heigl). O'Malley, al que Meredith rompe el corazón, acaba en brazos de la traumatóloga Callie Torres (Sara Ramirez). El resto también se emparejan en sucesivas ocasiones: Yang con Preston Burke (Isaiah Washington), Karev con Stevens, Stevens con un paciente que muere por su exceso de celo...

El punto de cordura -del que no se salva ni el jefe, Richard Webber (James Pickens), amante en tiempos de la madre de Grey- lo pone la coordinadora de estos residentes, Miranda Bailey (Chandra Wilson), la única que de momento se mantiene fiel a su esposo y que ha sido recientemente madre.

"¿Realmente quién no quiere vivir esas historias, esos amores y desamores?", se pregunta un internauta en la web de Cuatro. "Creo que los hombres somos Housianos y las mujeres Greysianas", responde otro. El caso es que las emociones de Anatomía de Grey, femeninas o universales, superaron en espectadores (25 millones frente a 22) a la imbatible CSI en el comienzo de la temporada en Estados Unidos.

El regreso de la serie no se lo pierde ni el actor Isaiah Washington, que ha preferido, antes de caer del cartel por homófobo, someterse a un tratamiento psicopedagógico con el que redimirse por los insultos que dirigió a Knight después de que éste se confesara gay.