Mueren más de 40 peregrinos en atentados de la insurgencia contra chiíes en Irak
La cruenta batalla de Nayaf se salda con 263 milicianos muertos y 502 prisioneros
Al menos 40 peregrinos musulmanes chiíes murieron ayer en varios atentados coincidiendo con el ritual religioso anual de la Achura, en el que los chiíes conmemoran la muerte del nieto del profeta Mahoma, el imán Hussein, en el año 680, en Kerbala, ciudad a unos 110 kilómetros al sur de Bagdad donde ayer se vivió una jornada de tensión ante el temor de que se produjera una matanza. Unos 11.000 policías y soldados iraquíes fueron desplegados en la ciudad santa para proteger a los peregrinos y no se produjo ningún incidente, pero en Janaqin y Baladruz las bombas mataron a decenas.
Los temores de las autoridades iraquíes estaban justificados y tenían su fundamento en el descubrimiento de lo que calificaron de compló para asesinar a los líderes chiíes de Nayaf, otra ciudad santa del chiismo, coincidiendo con las citadas celebraciones de la Achura. El domingo pasado se produjo una sangrienta batalla en los alrededores de Nayaf entre fuerzas militares estadounidenses e iraquíes contra cientos de insurgentes en la que murieron 263 milicianos y 502 fueron hechos prisioneros, según informó ayer el Gobierno de Bagdad.
El primer atentado de ayer se produjo en Janaqin, a 170 kilómetros al noreste de la capital, ciudad de mayoría kurda chií, cuando los fieles estaban concentrados en un lugar de culto en el centro de la población. La explosión de una bomba mató a 13 personas, incluidas tres mujeres y un niño, y causó heridas a otras 39.
Una hora después se producía otro atentado aún más sangriento. Un miliciano suicida hizo estallar la bomba que llevaba adosada a su cuerpo en medio de los peregrinos junto a la mezquita chií de Baladruz, ciudad situada a 80 kilómetros al sur de Janaqin, causando la muerte a 23 peregrinos e hiriendo a otros 57.
Baladruz y Janaqin se encuentran en la provincia de Diyala, cerca de la frontera iraquí con Irán, una de las zonas más conflictivas del país por la difícil convivencia de árabes suníes, árabes chiíes y kurdos.
Milicianos armados también atacaron dos minibuses llenos de peregrinos que regresaban de Nayaf a sus casas y mataron a otros cuatro. El ataque se produjo en el distrito de Bayaa, al suroeste de Bagdad.
La capital iraquí tampoco se libró ayer de la violencia sectaria. Una lluvia de proyectiles de mortero cayó sobre Adhmiya, un barrio de mayoría suní en la parte norte de la capital, matando a otras 10 personas y causando heridas a otras 72.
Decenas de miles de iraquíes han muerto víctimas de la sangrienta violencia sectaria entre suníes y chiíes desde el ataque contra la mezquita de Samarra en 2006, pero la batalla de Nayaf añade una nueva dimensión al conflicto. Funcionarios iraquíes indicaron que los milicianos "ideológicamente pervertidos" que trataban de asesinar a los clérigos se hacían llamar los soldados del cielo y estaban dirigidos por un individuo llamado el Madhi, el mesías que esperan los chiíes.
Un oficial del Ejército iraquí dijo que entre los cadáveres de los milicianos muertos hallaron 1.000 ejemplares de un libro sobre el movimiento y su líder titulado El juez del cielo, así como miles de copias de un panfleto con el título de El santo advenimiento.
Por otra parte, John Negroponte, el candidato del presidente Bush para el puesto de subsecretario de Estado, dijo ayer ante el comité de Exteriores del Senado, en Washington, dentro del proceso para su confirmación, que Irak se halla en "una coyuntura precaria", lo que significa, añadió, que "la situación podría deteriorarse, aunque hay posibilidades de mejoras en la estabilidad del país".
Negroponte aseguró que, a pesar de todo, el éxito es posible y subrayó a los senadores que la Administración de Bush tiene puestas sus esperanzas en la actividad del Gobierno iraquí durante este año, incluida la convocatoria de elecciones locales y regionales.
En esa línea, el primer ministro iraquí, Nuri al Maliki, aseguró ayer que espera que la insurgencia suní acabe en seis meses y que las milicias suníes y chiíes se disuelvan en el mismo periodo. "Las milicias tienen que convertirse en organizaciones políticas", declaró al diario árabe Al Hayat.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.