España se consolida
La selección de Pastor muestra sus múltiples recursos y derrota a Rusia
A medida que los partidos van avanzando, España se va consolidando en este Mundial de Alemania en el que defiende el título logrado en 2005 en Túnez. El primer partido realmente serio que debió afrontar el grupo de Juan Carlos Pastor, el que abrió ayer la segunda fase, sirvió para demostrar que el equipo va a más y que las aspiraciones están puestas en lo más alto del podio. España superó al potente equipo de Rusia en todos los terrenos y le situó en su lugar real. De la selección campeona del mundo en Japón (1997) y finalista en Egipto (1999), queda más bien poco. El equipo se ha renovado y cuenta como base con la mayoría de jugadores del Chekhvskie Medvedi, el mejor equipo de Rusia, bajo las órdenes del todopoderoso Vladimir Maximov, que decide muchas veces quien sale y quien se queda en Rusia.
ESPAÑA 33 - RUSIA 29
España: Barrufet (Hombrados); A. Entrerríos (8), Belaustegui, Juancho, Davis (1), Rodríguez (1) y Tomás (5) -equipo inicial- . Uríos (2), R. Entrerríos, Garabaya, Garralda, Juanín (10, 8 de p.) y Romero (6).
Rusia: Kostygov (Titov); Krivoshlykov (2), Rastvorsev (2), Chipurin (5), Kokcharov (2), Igropulo (6, 2 de p.), Ivanov (4) -equipo inicial-. Filippov, Evdokimov, Kaynarov (2), Kamanin (2), Kovalev (2) y Myagkov (2).
Árbitros: Lemme y Ulrich, de Alemania.
Marcador cada cinco minutos: 3-2, 6-4, 8-7, 11-9, 13-13, 17-15 (descanso). 20-17, 22-21, 26-23, 28-24, 31-27 y 33-29.
Sin embargo, la tradicional escuela rusa consigue ir creando valores como los que ahora componen su selección. Combinan la experiencia y la juventud y saben que su principal valor no es todavía su juego sino su entrega. Los planteamientos tácticos de Maximov suponen una exigencia física notable. No sólo en el aspecto defensivo, donde el equipo pasa con facilidad de un 5-1 a una defensa tan abierta que es prácticamente al hombre, sino también en el aspecto ofensivo, porque apenas cambia. La consecuencia de todo eso es que Rusia llega bastante fundida a los minutos finales. Y eso les está costando más de una derrota.
En principio, para desarbolar la agresiva defensa rusa, España utilizó la calidad individual del central Chema Rodríguez y la solidez del pivote Uríos. Fueron dos elementos fundamentales, porque permitieron abrir canales para que explotara desde el lateral Alberto Entrerríos, que asumió la responsabilidad de la primera línea, junto a Iker Romero -Pastor optó por jugar con dos diestros, además del central, para no perder el balón-, y se convirtió en un auténtico martillo para los rusos.
En defensa, resultó crucial el cambio del 5-1 al 6-0 planteado por Pastor. Colocar a los dos pivotes, Garabaya y Juancho, en el centro de la defensa fue un acierto porque cerró todos los canales de conexión entre la primera línea y un pivote de la calidad de Chipurin. El balón circulaba en el ataque ruso, pero no había manera de crear huecos por donde entrar a los seis metros. Y los ataques concluían con disparos a la barrera o fuera.
Todo ello permitió lucirse a Barrufet bajo los palos y abrir vías para el contraataque. Con estas premisas, España no tiene rival. Sumó dos puntos más y, con cuatro, consolida sus opciones de entrar en los cuartos de final. Pero le quedan tres partidos, contra Dinamarca, Hungría y Croacia. Y todos ellos van a plantear muchas dificultades. La cuestión es si España será capaz de resolverlas con la misma solvencia con que ayer se deshizo de Rusia.
Dominikovic, inocente
Davor Dominikovic tenía razón. Frente a la acusación de dopaje por parte del laboratorio del Consejo Superior de Deportes, el lateral croata de 28 años siempre esgrimió que era imposible. "Nunca, y menos desde que comencé a jugar con la selección de mi país en 1997, he tomado medicación o una sustancia de forma consciente", señaló hace sólo unos días en una conferencia de prensa, realizada en la sede de su club, el Portland de Pamplona, por el que fichó procedente del Barcelona.
En Mannheim, Jesús López Ricondo, presidente de la RFEB, eximió a su entidad de cualquier responsabilidad al reconocer públicamente que la presunta acusación de dopaje a Dominikovic se había debido a un "error del laboratorio" que realizó los análisis. "Hubo una confusión en la numeración de los frascos. Y no pueden imaginar el perjuicio internacional que han causado al jugador y al balonmano", indicó. El lateral croata pasó el control antidopaje tras las semifinales de la Copa Asobal que se disputaron en León, el pasado 20 de diciembre. Se le acusaba de haber ingerido hidroclorotiazida, un diurético prohibido. Dominikovic no acudió al Mundial de Alemania como consecuencia de este asunto. Ahora podría incorporarse a la selección de Croacia en las próximas jornadas, sustituyendo a algún compañero.
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