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Reportaje:

La España húmeda se seca

La falta de lluvia y el calor vacían embalses del norte que hace un año estaban llenos

La sequía no discrimina entre las dos Españas, la húmeda y la seca. La falta de lluvias y el inusual calor del pasado otoño han provocado que zonas del norte peninsular, en especial el País Vasco, estén sufriendo uno de los peores episodios de carencia hídrica de los últimos 17 años. Una situación paradójica, porque aunque no llueve desde principios de diciembre, el conjunto de los pantanos españoles está, hasta hoy, al 54,9% de su capacidad, 7,7 puntos por encima del volumen embalsado hace justo un año.

El agua caída durante el otoño alivió la situación de los embalses gallegos y de la cuenca del Duero. Pero no toda la vertiente atlántica resultó tan beneficiada por las precipitaciones. Los pantanos de Cantabria y Euskadi, que el año pasado estaban a rebosar, han visto cómo el caudal que almacenaban se ha reducido a la mitad, o incluso menos: la cuenca Norte III ha pasado del 87,3% al 54,9% de su capacidad, mientras que las cuencas internas del País Vasco han descendido del 95,2% al 42,9%.

El tercer año de la sequía "más grave" de la historia de España, como la calificó esta semana la ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, se ha cebado con buena parte de Euskadi, sobre todo con las provincias de Álava y Vizcaya. Los pantanos del río Zadorra, que abastecen al 60% de la población vasca, almacenan sólo el 36% de lo que son capaces, un nivel similar al que presentaban cuando se inició la sequía de 1989, una de las más duras que se recuerdan en la zona. Hace un año, sin embargo, estaban tan llenos que hubo que desembalsar agua por temor a que un desbordamiento causara inundaciones en Vitoria.

MEDIDAS DE EMERGENCIA. Extracción de agua subterránea

La escasez hídrica ha obligado a adoptar medidas de emergencia: el pasado jueves, el Ministerio de Medio Ambiente autorizó las extracciones de agua subterránea para hacer frente a la sequía en Euskadi. Ese mismo día, Narbona apelaba a la cooperación de todas las Administraciones y a la "responsabilidad" de los ciudadanos. "Si se hace una gestión prudente, podemos estar tranquilos", afirmó. En caso de que continúe sin llover, añadió la ministra, no será hasta la primavera cuando la situación se ponga "más difícil".

Antes de que Medio Ambiente adoptara esta decisión, el Consorcio de Aguas Bilbao-Bizkaia, que gestiona el abastecimiento de 63 localidades de esta provincia, recomendó a los municipios que prescindiesen del empleo de agua potable para usos no esenciales como la limpieza de las calles o el riego de parques y jardines. Además, repartió entre los ayuntamientos 5.000 dispositivos especiales que permiten reducir hasta un 50% el consumo en los grifos antiguos.

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En el caso de Guipúzcoa, seis de sus ocho embalses superan la mitad de su capacidad. La situación en esta provincia no es tan alarmante como en el resto de Euskadi, pero la escasez de reservas hídricas también empieza a preocupar. Algunos pantanos guipuzcoanos, como el de Ibai Eder y el de Arriaran, han bajado al 33,19% y al 27,1%, respectivamente.

El problema con el que cuentan los embalses vascos, según explican desde el Ministerio de Medio Ambiente, es que son pocos y pequeños. "Si, como ahora, pasan meses sin llover, se quedan sin agua", resaltó una portavoz del ministerio. Los de la cuenca Norte III pueden almacenar un máximo de 71 hectómetros cúbicos, y los de las cuencas Internas, 21, como mucho, frente a los 11.009 hectómetros de los pantanos del Tajo, los 8.292 del Guadiana o los 7.403 del Ebro.

OTRAS CUENCAS. Camiones cisterna en Cataluña

Pero la sequía no amenaza sólo al norte de España. Las cuencas del Júcar y el Segura, tradicionalmente las más necesitadas, se encuentran al 14,6% y al 12,6% de su capacidad. El año pasado se encontraban al 20,7% y al 11,4%, respectivamente. La Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, por su parte, ya ha alertado de que las provincias orientales de Andalucía, cuyos embalses no alcanzan el 30%, se hallan en situación de "emergencia".

Si no llueve antes de marzo, los regadíos de la región se exponen a una situación "muy complicada", apuntan desde la Confederación. Mientras, una veintena de municipios de las cuatro provincias de Cataluña, que está viviendo uno de los inviernos más cálidos de su historia, se ha abastecido esta semana con camiones cisterna ante el continuo descenso de las reservas de los pantanos. Riudecanyes (Tarragona), Artès (Barcelona), Perafita (Barcelona), Brunyola (Girona), Subirats (Barcelona) y Vall de Cardós (Lleida) son algunas de las localidades afectadas.

METEOROLOGÍA. Calor y poca nieve

Que lleve cinco semanas sin llover no ha sorprendido en el Instituto Nacional de Meteorología (INM). "Diciembre y, sobre todo, enero suelen ser meses bastante secos", asegura Ángel Rivera, portavoz del centro. Lo verdaderamente "anómalo" de este principio de año han sido las altas temperaturas que se han registrado en toda la Península; una tendencia que parece que está a punto de cambiar.

El hecho de que el inicio del ciclo del invierno se haya retrasado un mes, ha provocado que la nieve siga sin aparecer en la mayoría de las cordilleras españolas. En Navarra se teme que esta circunstancia limite la recuperación de los pantanos cuando llegue la época de deshielo en los Pirineos, aunque de momento la sequía no ha perjudicado a los cultivos. Unos kilómetros más al Este, los agricultores que integran la Comunidad General de Riegos del Alto Aragón, propietarios de 125.000 hectáreas de alfalfa, maíz y otros cultivos también están preocupados por la ausencia de nieve. "Este año hay más agua en los embalses que los últimos dos años, pero el deshielo nos aporta todos los años entre 300 y 350 hectómetros cúbicos de agua para el riego. Y este año, por desgracia, aún no hemos visto nieve", concretó Carlos Oliva, técnico de esta comunidad de regantes, una de las más importantes de la provincia de Huesca.

Los aficionados a los deportes de invierno son otros de los grandes perjudicados por las altas temperaturas que se han registrado este invierno: las estaciones de San Isidro, Leitariegos y Alto Campoo, en la Cordillera Cantábrica; Puerto de Navacerrada y Valdesquí, en el Sistema Central, y Tavascán, en el Pirineo Catalán, siguen cerradas, a la espera de que nieve.

Los responsables de las estaciones de la sierra madrileña aseguran que es "la peor temporada" que recuerdan. Nevó a principios de diciembre, pero desde entonces no ha caído ni un solo copo. El mal curso ha hecho que algunos profesores hayan dejado de dar hasta 5.000 horas de clase; hoteles que en estas fechas estaban completos, ahora sólo cubren el 15% de su capacidad. Todos miran al cielo con la esperanza de que el tiempo cambie.

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