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Reportaje:Tenis | Open de Australia

"Tengo más opciones que en hierba"

Nadal analiza su juego en Melbourne, y Federer le avisa de que tiene "muchas cosas que trabajar"

Rafa Nadal es un tipo sistemático. Su cabeza guarda meticulosamente cada punto, cada cambio de tanteo, cada resultado y estadística de sus partidos y los repite como una letanía en las ruedas de prensa. Su mente procesa los datos, los trabaja y los prepara hasta llegar a una conclusión, hasta comprender el porqué de la victoria, el cómo del triunfo. Entonces, máquina engrasada, arranca el trabajo de su equipo. Y su tío Toni, que también es su preparador, le coge en los entrenamientos del Open de tenis de Australia y le dice que "no acompañe el golpeo". Y Rafa Maimó, que es su fisioterapeuta, le mima sobre la pista, apunta todos los detalles del entrenamiento en una libreta de cuero y vigila, las botellas a mano, que no se deshidrate. Nadal, mientras tanto, sigue pensando. Y duda. Duda sobre su partido de hoy contra el alemán Kohlschreiber. Duda sobre la calidad de sus entrenamientos. Duda sobre la pista. Las bolas. Y sobre sus nuevos golpes.

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- Las bolas. "Me perjudican. Las que usan en Australia han cambiado. Son más blandas y cogen menos efecto. Eso me perjudica un poco", asegura Nadal. "Son parecidas a las del Open de Estados Unidos, en el que llegué a los cuartos de final. Pero hay que jugar con lo que hay. Lo que pasa es que el efecto del bote no es lo mismo con estas bolas: no se levantan y van más bajas de lo normal en los primeros golpes. Luego, cuando has jugado tres o cuatro juegos [calentándola, en consecuencia], se vuelve muy grande. Practiqué con ellas en Mallorca, pero ahí hace más frío que en Melbourne y con diferentes condiciones climáticas también cambia la bola".

- La psicología. "Vengo con desconfianza", dice Nadal. "Lo mejor de Rafa es su mentalidad", dice David Ferrer, el 14º mejor jugador del mundo; "para mí, mentalmente, es el mejor de la historia". Con él coincide Tommy Robredo, el número seis; "un chico de 20 años que es el número dos tiene que ser un ganador nato. Además, lleva muy bien ser mediático". En los últimos días, sin embargo, las palabras de Nadal no han refrendado sus opiniones. "Aquí, en Melbourne, me he entrenado bastante mal y venía con desconfianza. Me siento seguro con la derecha, pero he fallado varios golpeos con ella en carrera, defendiéndome, justamente cuando no suelo fallar".

- El remedio. La victoria de Nadal sobre Kendrick en la primera ronda ha tenido un valor terapéutico. "Seguro que le ha ayudado", explica Feliciano López, su compañero de entrenamientos durante la semana pasada. "Seguro que le ha hecho sentirse más fuerte. Ahora mismo, no se siente cómodo por los cambios que ha hecho en su juego. Terminó el Masters de Shanghai, se puso a entrenarse, empezó la temporada... No ha tenido tiempo de nada. Poco a poco, va a ir jugando mejor. Seguro".

- Los nuevos golpes. "Me falta jugar más largo para entrar más fácil [hacia la mitad de la pista y la red]", reconoce Nadal; "estoy contento con el saque porque estoy sacando a entre 190 y 200 kilómetros por hora, que es una velocidad bastante aceptable. He hecho bastantes aces en el primer partido". ¿Qué piensan sus rivales de los cambios? "Yo intenté evitar su izquierda y buscarle en la derecha. No funcionó. Ahora sirve mejor. Se notan los cambios que ha trabajado: su segundo servicio ya no es tan atacable, es mucho mejor. La bola se te viene encima", analiza Kendrick.

- Los viejos golpes. "Le siguen gustando los passings cruzados", dice Kendrick; "todos saben a dónde va a ir la bola, pero nadie llega. Al resto, la coloca en la línea saliendo de ninguna parte". Nadal, además, mantiene su impresionante juego desde el fondo de la pista. "Desde allí, no falla", advierte Robredo, "y siempre te incomoda. Además, tiene tiempo para mejorar, aunque las cosas que se consideran malas en él igual las querrían muchos jugadores del circuito". Por si surgen vicios en el golpeo, Toni Nadal, tío y entrenador de Rafa, permanece vigilante: "No acompañes el golpe", le dice para que no envuelva la pelota con la raqueta.

- El resumen de los cambios, según Federer. "Tiene muchas cosas que trabajar. Es normal que esté ajustando su juego", explica Roger Federer, el número uno, "y lo continuará haciendo en los próximos años. Es joven y tiene muchas cosas que trabajar. La pregunta es si los cambios que ha hecho le van a ayudar a mejorar, ya que la base y el físico son lo que, al final, te da la mayoría de las victorias".

- La superficie. "Es muy rápida", dice Federer; "los cambios que se han hecho se notarán más por el día que por la noche, que es cuando se juegan los grandes partidos", continúa antes de señalar un matiz que favorece a Nadal: "Esos cambios la han hecho más lenta que antes". "Jugar aquí con Nadal es más duro que en Londres", coincide Kendrick, derrotado por Rafa sin lograr llevarle hasta los cinco sets como en el último torneo de Wimbledon. Y Nalbandián, un experto en esta superficie, da la explicación: "Claro, a Rafa le favorece porque aquí la bola pica mucho". El broche, el resumen, lo pone Anabel Medina, que se atreve a decir en público lo que todos los españoles cuchichean al amparo del vestuario: "Es la mejor de todas las pistas rápidas para nosotros los españoles. No es muy rápida y la bola bota mucho. Es una pista de tierra sin poder resbalar".

- La visión de Nadal. "Esta superficie es más lenta y me da más oportunidades que la hierba de Wimbledon. Aquí estoy jugando serio. En realidad, como demostré allí, donde están las pistas más rápidas del mundo, puedo jugar bien en todos los sitios. Claro que, si juego mal, también juego mal en cualquier sitio".

- Cubierta o descubierta. "Yo siempre prefiero jugar al aire libre", asegura Nadal. "Cuando cubren la pista, las condiciones son diferentes", resume sobre la polémica política del Open contra el calor extremo. En pista cubierta no hay viento ni sol. Tampoco calor extremo. Todo eso favorece a los sacadores, que así, sin la interferencia de los elementos, "le pegan muy limpio a la bola", en palabras de Carlos Moyà.

- El físico. "Nadal está llegando a bolas irreales", alucina Kendrick; "es uno de los chicos más rápidos del circuito". ¿Qué hay de la contractura que obligó a Nadal a retirarse del torneo de Sidney, justamente antes del Open? "No siento nada", cierra el mallorquín; "estoy al ciento por ciento bien. Sí, me siento bien".

Rafa Nadal saluda al público tras su victoria sobre el estadounidense Robert Kendrick.
Rafa Nadal saluda al público tras su victoria sobre el estadounidense Robert Kendrick.AP

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