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Crónica:Fútbol | 18ª jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

Viera, héroe en San Mamés

El portero del Villarreal detiene un penalti a Yeste en el último segundo repitiendo su acción de la pasada temporada frente a Orbaiz

Sebastián Viera no es muy querido en Vila-real. Se le achacan fallos inocentes y un cierto temblor en las salidas. En realidad, se le achacan muchas cosas, pero en Bilbao es la mano de Dios para su equipo. La temporada pasada salvó un punto en el último segundo al detener un penalti a Orbaiz que podía haber dado el triunfo al Athletic. Ayer repitió la jugada. Con el tiempo cumplido, el árbitro permitió al Athletic lanzar un saque de esquina que acabó con mano de Fuentes y penalti. Otra vez Viera ante el peligro, esta vez con un zurdo, Yeste, tan reposado como un año atrás ante el diestro Orbaiz. Y otra vez sus dotes de adivinación para repeler el disparo del interior rojiblanco, sin tiempo para rechace alguno. La diferencia es que el curso pasado Viera ganó un punto y éste ganó tres de un golpe en un partido que estaba predestinado al empate más ramplón.

ATHLETIC 0 - VILLARREAL 1

Athletic: Aranzubia; Expósito, Sarriegi, Amorebieta, Casas; Javi Martínez, Iraola, Murillo, Gabilondo (Yeste, m. 61); Etxeberria (Aduriz, m. 61) y Urzaiz. No utilizados: Alba; Garmendia, Llorente, Zubiaurre e Iturriaga.

Villarreal: Viera; Josemi, Fuentes, Cygan, José Enrique; Cani, Senna, Josico (Somoza, m. 62), Marcos (Bruno, m. 62); Matías (Tacchinardi, m. 90) y Forlán. No utilizados: Barbosa; Quique Álvarez, De la Bella y Jonathan.

Gol: 0-1. M. 70. Forlán encara a Aranzubia, aprovechando el error de la defensa al tratar de forzar el fuera de juego, y le bate de tiro raso.

Árbitro: Teixeira Vitienes. Amonestó a Casas y Aduriz, por el Athletic, y a Josemi, Fuentes, Senna y Josico, por el Villarreal.

Unos 38.000 espectadores en San Mamés.

Está claro que al Athletic no le van las emociones fuertes. Llegado el momento, o le tiembla el pulso o le persigue la mala suerte. Hasta entonces hubo mucho de lo ya sabido en el Athletic: juego largo, profusión de balones largos y altos, muy altos, para poner a prueba a Urzaiz y su marcador, Cygan, mientras el Villarreal trataba de recuperar aquel fútbol de toque que le hizo envidiable, pero que aún le pilla demasiado lejos. Si acaso, el conjunto de Pellegrini recuperó la intensidad y la capacidad de presión, del mismo modo que el Athletic, en su infinito afán por mirar a las nubes, perdía las bandas, bien porque a Gabilondo le falta el coraje suficiente para reclamar su jerarquía, bien poque Javi Martínez es todo lo contrario a un extremo derecho. Etxeberria, el habitual inquilino de ese costado, ayer de delantero centro, es, cada vez más, un recuerdo del pasado.

Es decir, que, por unas cosas o por otras, se jugaba a un gol. Y lo pudo encontrar Gabilondo en una mala cesión de la defensa si no hubiera sido zurdo absoluto. O Javi Martínez, con un disparo que sacó casi de la raya de gol Cygan. Era un fútbol de escarceos, de brega industrial y confianza en un momento de suerte o de inspiración. En el Villarreal gustaba el manejo de Senna (aunque intermitente), los movimientos de Forlán o lo que se le adivina a Matías Fernández. Todo eso, hilando muy fino en un partido con más presión que pasión.

El Villarreal pareció arrancar la segunda mitad con un ánimo más descarado, con una buena jugada de Matías, que disparó fuera, y el Athletic se topó al cuarto de hora con la extraña aplicación de la justicia arbitral. Los árbitros no deciden en función del código penal futbolístico, sino del momento, de la oportunidad. Así, Teixeira decidió no mostrar la segunda amarilla a Josico y permitir la igualdad numérica. Tan evidente fue el fallo que un minuto después Pellegrini lo cambió a sabiendas de que era carne de cañón. Desde entonces, el árbitro no dio una derechas. Tampoco los 22 futbolistas cambiaron el guión: presión, buenos saltos, grandes carreras, fútbol muscular y los porteros echando carreritas por el área para calentar los músculos en espera de su momento. Viera se asustó con un cabezazo pifiado por Urzaiz. Y, en esto, el Athletic que tira mal el fuera de juego y Forlán que encara desde un costado a Aranzubia, quien, extrañamente, echa muy pronto el trasero al suelo y, encima, le cede el primer palo. Por allí se coló el balón. Fue el momento de Aranzubia y lo perdió. Despues llegó el de Viera y el portero uruguayo reeditó su título de héroe de San Mamés en la pena máxima. Fue otra concesión arbitral, no por la mano (que lo fue), sino por el reloj, que, al parecer, se le paró. O quiso compensar. O salir del atolladero. Vaya usted a saber.

Viera sale con decisión y se hace con la pelota.
Viera sale con decisión y se hace con la pelota.TXETXU BERRUEZO

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